Carl Sagan - Starman del Cosmos


Popular, influyente, controversial, Carl Sagan es sin duda uno de los nombres más familiares del mundo de la ciencia. 

Aunque su trabajo en los esfuerzos de la exploración espacial estadounidense y en la academia fueron notables, Carl Sagan es más recordado por su apariencia juvenil y voz de barítono en el documental para la televisión “Cosmos”, y por el término “billones y billones”, el cual en realidad sólo usó después de que fue popularizado por los medios.

Pero si Sagan fue amado por la audiencia, su popularidad y su personal visión de la ciencia lo hicieron un bicho raro entre los círculos científicos.

Y aunque algunas de sus opiniones pueden parecer anticuadas para lo estándares de hoy día -en especial su aversión a los horóscopos-, otras sorprenden por su claridad en predecir con precisión el futuro. 

Considerado un activista y un “showman de la ciencia”, Carl Sagan fue un producto de su época, moldeado por los límites del momento histórico que le tocó vivir, pero su visión se proyectó aún más allá y continúa siendo universal.

Carismático, con frecuencia contradictorio y complejo, Carl Sagan se convirtió en el chico estrella de una nueva generación de científicos, que se alejaron de las antiguas convenciones y estuvieron en la cresta de la ola durante la época de avance tecnológico más acelerado del pasado siglo.

Carl Sagan nació en 1934, una era todavía rociada con el polvo plateado de las estrellas de Hollywood y sueños de un próspero futuro. 

Como parte de una familia de judíos ucranianos viviendo en Brooklyn, Carl atestiguó desde la distancia las atrocidades de la segunda guerra mundial en Europa. Para su adolescencia, estaba fascinado con las historias de ciencia ficción, en especial las de Edgar Rice Burroughs y su héroe John Carter, las que sembraron en él una pasión por Marte de por vida. 

Aunque sus padres sólo tuvieron educación elemental, ambos fomentaron la curiosidad de Carl y su pasión por la ciencia, ayudandolo a desarrollar su pensamiento crítico. En una memorable ocasión, los padres de Carl lo llevaron a la Feria Mundial de 1939, donde el niño de 4 años envisionó por primera vez las maravillosas posibilidades que la ciencia podría traer en el futuro.

Todo este acervo cultural ocurrió mientras vivían en la atmósfera enrarecida de la amenaza de la Guerra Fría. Más tarde, Carl también vivió las revoluciones sociales de los años 60, tales como el Movimiento de los Derechos Civiles, las protestas contra la bomba nuclear, la guerra de Vietnam, y el movimiento feminista, entre otros.

Todos éstos elementos influenciaron la estructura de valores y creencias de Sagan, incluyendo su perspectiva de la vida y la ciencia. 

Por ello, no es de sorprender que uno de sus intereses principales -llevado a cabo con todo el rigor científico requerido- fue la búsqueda de vida extraterrestre, algo que la mayoría de sus pares tomaban como un chiste absurdo, y que uno de sus mayores preocupaciones más tarde en su vida fue hacer campaña en contra del uso de las armas nucleares. 


Carl se destacó de sus pares desde sus tempranos días de colegio, y ya en la secundaria fue elegido como “El cerebro de la clase” y “El más prometedor”.

A pesar de su brillantez académica, Carl, para entonces de 16 años, tuvo que contentarse con asistir a la Universidad de Chicago, pues era una de las pocas universidades que aceptaban estudiantes de su edad. Su ambición inicial había sido estudiar ciencia de cohetes, pero la universidad no otorgaba tal especialidad, por lo que Carl la cambió por Astrofísica.

Utilizó sus vacaciones de verano para trabajar con importantes científicos, tales como el premio Nóbel H.J. Muller, Gerard Kuiper, George Gamow, y Melvin Calvin, ampliando así su experiencia y comprensión de la ciencia, y haciéndose un camino para una futura posición en la investigación científica.

Además de su ávido interés por la ciencia, Carl era ambicioso y buscaba alcanzar el éxito en todas las áreas, lo cual incluyó convertirse en el capitán del equipo de baloncesto intramuros de la Universidad de Chicago. 

Todas éstas cualidades junto con su incesante trabajolismo permanecieron constantes durante toda su vida, y aunque le ayudaron a alcanzar el éxito, también fueron una pesada carga para su vida personal y su salud.


Sagan tuvo suerte de vivir precisamente en una época cuando la exploración espacial estaba realizando sus más grandes saltos. Así, pudo desarrollar su interés temprano en la astronomía y hacer considerables contribuciones al estudio del cosmos y de las misiones espaciales.

Aunque alimentado en la ciencia ficción que precedió la carrera espacial y la llegada del hombre a la luna, Carl Sagan se convirtió un participante significativo en la exploración espacial que siguió de la mano de ésta.

Su disertación doctoral que predecía que no podían hallarse formas de vida en Venus debido a sus condiciones atmosféricas extremas llamaron la atención del mundo científico y le ganaron una invitación de la recién formada NASA para sumarse a la misión Mariner II en 1962.

Para entonces, Sagan ya había comenzado su colaboración con NASA como científico visitante del Laboratorio de Propulsión Jet en Pasadena, enviando informes a los astronautas de las misiones Apollo antes de sus vuelos. Ésta colaboración se extendió durante varias misiones -notablemente las Apollo, Mariner II y IX, Pioneer, Viking I y II, Voyager I y II, y Galileo- hasta bien entrados los años 90.

Sin embargo, a pesar de su brillantez académica, su temprana exposición en los medios (tal como su aparición en 1967 en el programa de la BBC ‘¿Dónde están todos?”), y su interés en popularizar la ciencia fueron mal vistos por los científicos más conservadores, particularmente en Harvard, donde Sagan trabajaba como profesor asistente.

Éstas perspectivas discordantes entre Sagan y la academia pueden haber sido la razón de base por la que en 1968, y a pesar de sus credenciales académicas y calificaciones como profesor, Harvard declinó ofrecerle un puesto como profesor a tiempo completo.

Sin embargo, la Universidad de Cornell le extendió una invitación, y no sólo le ofreció un puesto como profesor a tiempo completo sino también convertirse en el director de su recién fundado laboratorio de Ciencias Planetarias.

En Cornell, Sagan desarrolló la mayoría de su carrera académica. Del 1972 al 1980, fue director asociado del Centro para Radiofísica e Investigación Espacial de la universidad, y en 1976 se convirtió en el Profesor David Duncan de Astronomía y Ciencias del Espacio, un puesto que mantuvo el resto de su vida.


Carl Sagan rompió con el estereotipo de lo que debía ser un científico. 

Hasta mediados de los años 70, la palabra "científico" evocaba la imagen de un hombre de edad vestido formalmente, parado frente a pizarrones, exponiendo teorías en lo que sonaba a jerigonza incomprensible para los oídos de la gente común. 

En cambio, Carl era joven en aspecto y actitud, vestido de manera casual, y en su voz pausada de barítono hablaba con perfecta dicción sobre ciencia en términos accesibles a todos. 

Ésta era una tendencia en enseñanza ya establecida por otros científicos de renombre, como Sir Richard Feynman y Sir Roger Penrose, pero Sagan la llevó a Estados Unidos, donde la televisión la difundió a la audiencia masiva y el resto del mundo.

En 1977 Carl Sagan hizo una aparición en el Show de Johnny Carson, para entonces el programa de televisión con más audiencia en Estados Unidos. Ese mismo año, Sagan apareció en la portada de la revista Newsweek, una hazaña que repitió en 1980 para la revista Time, luego del éxito de “Cosmos”. 

Éstas fueron sólo las primeras de muchas otras portadas que seguirían a través de los años. La comunidad científica desaprobó ésta exposición, pero Sagan la utilizó para impulsar sus proyectos científicos serios y continuar diseminando interés por la ciencia entre el público general.


En 1972, Sagan ayudó a diseñar y compilar una placa con datos llevada por el Pioneer 10 como un mensaje interestelar para posibles formas de vida inteligente en el espacio exterior. 

El diseño  -el cual incluía un código gráfico de la ubicación del planeta Tierra, entre otra información relevante- levantó oleadas de shock en el mundo científico y ganó enorme publicidad en los medios debido a la representación gráfica de un hombre y una mujer desnudos (dibujados por quien sería su segunda esposa, la artista Linda Salzman), algo que Sagan explicó pacientemente en las muchas entrevistas que siguieron, así como en su libro de 1978, “La Conexión Cósmica”.


Sagan fue también el creador del memorable Disco de Oro llevado por los Voyager I y II con sonidos de la Tierra, entre otros datos. Sagan mismo ayudó a compilar los sonidos, e incluso grabó el latido de su propio corazón para éste.

Un pionero en el campo de la exobiología (la posibilidad de vida extraterrestre), las investigaciones de Sagan también aportaron información acerca de la temperatura y las condiciones atmosféricas de Venus, los cambios estacionales en Marte, y la causa de la neblina rojiza de Titán, todo lo cual aumentó nuestro conocimiento de los planetas y de nuestro propio mundo.

En 1980, Sagan se unió a otros notables científicos para formar la Sociedad Planetaria, una organización con el objeto de inspirar, informar, e incorporar al público en general en la exploración espacial, y la cual también influenciaría las decisiones del gobierno de Estados Unidos con respecto al financiamiento de las misiones espaciales.

Los Fundadores de la Sociedad Planetaria, 1980

Sin embargo, a pesar de todo su importante trabajo para la NASA y la academia, el proyecto por el que Sagan sería más recordado fue la ambiciosa serie documental de PBS “Cosmos: Un Viaje Personal”.

Escrito junto con Ann Druyan (quien se convertiría en su tercera esposa), y rodada durante tres años en 12 países y más de 40 locaciones alrededor del mundo, “Cosmos” fue el triunfo más grande de Carl Sagan en popularizar la ciencia, y aún hoy en día es una referencia para muchos.

Aunque mucho de su contenido se refiere al espacio, los viajes espaciales, y los planetas, "Cosmos" no se trata sólo de astrofísica sino de todo el universo, desde el átomo hasta la galaxia más distante. Es también un viaje a través de la historia de la ciencia y el conocimiento en las culturas humanas, todo presentado con lo último en efectos especiales, cuidadas recreaciones históricas, hermosa fotografía, exóticas locaciones, y exquisita música. 

“Cosmos” es una elegante y cuidadamente seleccionada inmersión cultural para la mente y los sentidos. El propósito del programa no era sólo enseñar, sino deleitar aprendiendo.

La serie fue traducida a más de siete idiomas, fue vista por más de 500 millones de televidentes en más de 60 países, y aún hoy en día sigue siendo la serie documental científica más exitosa en la historia de la televisión pública.


Éste es tal vez el mayor logro de Sagan, y la razón por la cual es recordado con tanto cariño hasta hoy en día por tantos: Carl tenía el don de la enseñanza, la habilidad de compartir su pasión por la ciencia y el conocimiento en términos que cualquier pudiera comprender y relacionarse.
 
Su uso ocasional del humor (en “Los Dragones del Edén”, al explicar un experimento de laboratorio: “Lashley no reportó ningún cambio aparente en el comportamiento general de una rata cuando fracciones significativas -digamos, 10 por ciento- de su cerebro fueron removidas. Pero nadie le preguntó a la rata su opinión.”), su interés en la vida extraterrestre (un tópico popular en ese entonces, y uno evitado por los ‘verdaderos científicos debido a su naturaleza especulativa), y sus ocasionales errores (por ejemplo, su muy publicitado artículo prediciendo un invierno nuclear luego de una guerra nuclear, una teoría que fue disputada fuertemente por otros renombrados científicos), sólo lo hicieron más cercano al público. 

Carl Sagan no era un científico distante encerrado en su laboratorio - él era ‘uno de nosotros’.  


A diferencia de la mayoría de los científicos con reputación, Sagan se atrevía a examinar ideas populares que otros ni siquiera consideraban, tales como la existencia de la vida en otros planetas y la posibilidad de que la Tierra hubiése sido visitada por vida extraterrestre en el pasado distante. 

Sin importar el resultado de sus elucubraciones, el solo hecho de que Sagan tomaba esas ideas suficientemente en serio como para examinarlas con rigor científico lo hicieron más estimado entre el público en general, al sentir que tomaba sus intereses y preocupaciones en serio. 

La gente amaba a Carl Sagan porque, a pesar de su erudición, hacía a todos parte de su conocimiento y nadie se sentía inferior o estúpido. Al contrario - al escuchar las explicaciones de Sagan la gente se sentía 'inteligente' porque lograban comprender temas que otros científicos hacían incomprensibles - no es posible odiar a alguien que te hace sentir bien sobre tí mismo. 

Sagan lo explicaba en éstos humildes términos: "Creo que soy capaz de explicar las cosas porque comprenderlas no fue completamente fácil para mí. Algunas cosas que los estudiantes más brillantes eran capaces de ver instantáneamente, yo tuve que esforzarme para comprender. Puedo recordar lo que tuve que hacer para entenderlo. Los más brillantes lo entienden tan rápido que no llegan a ver las mecánicas del entendimiento."

Carl Sagan en la NASA

Jamás ocioso, Sagan usualmente estaba ocupado con varios proyectos al mismo tiempo. Por ejemplo, durante el rodaje y producción de “Cosmos”, continuó enseñando en Cornell y con su trabajo en la NASA. 

Además de escribir libros, estudios científicos y artículos para revistas y diarios científicos, Sagan también escribió dos entradas para la Encyclopaedia Britannica, y el prólogo para la primera edición de “Una Breve Historia del Tiempo” de Stephen Hawking.  

Curiosamente, Sagan no escribía a máquina sino que mayormente dictaba sus pensamientos a su secretaria en cintas que luego eran trabajosamente transcritas. Así, mucho de su material puede contener lo que podría ser descrito como “divagaciones del intelecto”, y puede ser en parte la razón por la que sus detractores lo acusaban de ‘robar’ ideas y de carecer de una metodología rigurosa.

Entre sus múltiples roles, Sagan fue co-fundador de la Sociedad Planetaria, miembro del comité administrativo del instituto SETI, presidente de la sección de astronomía de Asociación Norteamericana para el Avance de las Ciencias, presidente de la división de Ciencias Planetarias de la Sociedad Norteamericana de Astronomía, editor de la revista Icarus, e incluso fue consultor científico para la película “2001: Odisea del Espacio” de Stanley Kubrick


Durantes los primeros minutos del primer episodio de "Cosmos", Sagan nos advierte que "deseamos perseguir la verdad, sin importar a dónde nos lleve, pero para encontrar la verdad necesitamos tanto imaginación como escepticismo. No tendremos miedo a especular, pero seremos cuidadosos de distinguir especulación de los hechos."

Este parece haber sido el lema personal de Sagan, una combinación balanceada de ciencia e imaginación que al final lo congraciaron con el público en general. Sin embargo, era y sigue siendo una mezcla controvertida para cualquier científico respetable.

Sin embargo, fiel a su perspectiva científica, Sagan permaneció firmemente anclado en el escepticismo, basando sus opiniones en evidencia dura e irrefutable. 

Y aunque nunca cerró la puerta a la posibilidad de vida en otros planetas, también fue el primero en admitir que no había evidencia de ello. Sin embargo, también declaró memorablemente que ‘La ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia’.

“Ningún otro planeta en el sistema solar es un hogar adecuado 
para los seres humanos. Es éste mundo o nada más. 
Esa es una percepción muy poderosa”. 
– Carl Sagan

Los factores combinados de no haber hallado evidencia de vida en otros planetas, la tragedia del Challenger en 1986 que paralizó los esfuerzos de exploración espacial, y el alarmante aumento de amenazas humanas a nuestro planeta empujaron a Sagan en los años 80 a convertirse en un activista vocal para la prohibición de las armas nucleares.

Sus clases y discursos sobre el tema aún pueden ser encontrados en línea, y son un testimonio viviente de la erudición de Sagan y su pasión por este tema.

Una pasión que lo llevó a oponerse al programa armamentista “Star Wars” del presidente Reagan desde su habitación de hospital en 1983, y que lo hicieron arrestar a él y a su esposa Ann Druyan durante una protesta anti-nuclear pacífica en Nevada en 1986.  

La política y la religión fueron otros de los temas de discusión favoritos de Sagan. Aunque judío étnico, Sagan fue un agnóstico durante toda su vida, y siempre habló y escribió de manera crítica sobre la religión en general.

Sus opiniones francas sobre estos temas en sus libros, discursos y clases no ayudaron a mejorar su estatus entre sus detractores y pares científicos, quienes consideraban que estaba usando su influencia para politizar la ciencia, acusándolo de un exceso de ego y de dejar de lado su trabajo académico en favor de su estatus de celebridad.


Carl Sagan escribió más de 20 libros, como único autor o en colaboración. 

Algunos de ellos incluyen “Pálido Punto Azul”, “El Mundo y sus Demonios: La Ciencia como una Luz en la Oscuridad”, “Los Dragones del Edén: Especualciones sobre la evolución de la inteligencia humana”, “El cerebro de Broca: Reflexiones sobre el Romance de la ciencia”, la novela de ficción “Contacto”, y tres libros escritos con su tercera esposa, Ann Druyan: “Cosmos: Un Viaje Personal”, “Cometa”, y “Sombras de Ancestros Olvidados”.

Sagan recibió múltiples premios y honores a través de su vida, y entre ellos se encuentran el Premio al Logro entregado por la NASA, la Medalla NASA al Servicio Público Distinguido, la medalla al Logro Científico Excepcional otorgada por la NASA, el Premio Pulitzer por obra de No-Ficción, por su libro “Los Dragones del Edén”, dos Emmys por su documental de PBS, “Cosmos”, la medalla Oersted de la Asociación Norteamericana de Profesores de Física, y el premio al liderazgo Helen Caldecott, entre muchos otros.

Curiosamente, Sagan también recibió múltiples galardones en el ámbito de la ciencia ficción, entre los cuales se cuentan tres Premios Hugo, el premio Isaac Asimov, el premio Peabody, y el premio SciFi Chronicle por su novela “Contacto”. 

Sagan también fue introducido al Salón Internacional de la Fama del espacio en el 2004, y el Salón de la Fama de New Jersey en el 2009.


En 1992 Sagan fue nominado para ser miembro de la prestigiosa Academia Nacional de las Ciencias, un honor que muchos creían obvio que recibiría. Pero luego de una muy publicitada oposición por varios miembros de la academia, su nominación fue finalmente retirada, citando no tener suficiente investigación relevante y un trabajo derivativo.

Aunque públicamente Sagan no expresó un pesar particular, el desaire lo hirió profundamente. 
En 1994, la Academia Nacional de las Ciencias le entregó una especie de ‘premio de consolación’ al darle una medalla honorífica por su contribución al entendimiento público de la ciencia. Pero para entonces Sagan tenía otras preocupaciones en su mente.

Luego de una serie de exámenes de salud, los doctores le informaron que sufría de mielodisplasia, una forma rara de cáncer de sangre. Necesitaba un transplante de médula ósea, y afortunadamente su hermana probó ser perfectamente compatible para ser donante. Sin embargo, el primer transplante no fue totalmente exitoso y hubo que realizar un segundo transplante. 

Después de tres transplantes de médula ósea, Carl Sagan finalmente sucumbió a la neumonía el 20 de Diciembre de 1996. Tenía 62 años.

Sólo después de la muerte de Sagan la Academia Nacional de las ciencias finalmente corrigió su omisión del 1992 y admitió a Sagan como miembro post mortem.

En 1997 la película “Contacto”, basada en el libro de Sagan y en cuya producción trabajó como consultor científico, se estrenó, con una sucinta pero sentida dedicatoria justo antes de los créditos finales: “Para Carl”.


La mente inquisitiva de Sagan y su visión aguda de todos los temas que pueblan el mundo lo hizo uno de los comentaristas más respetados de su tiempo. He aquí algunas de sus citas más memorables:

“La ciencia no es sólo un gusto, sino también tema práctico. El futuro del país, el futuro del mundo depende del uso apropiado y humano de la ciencia y la tecnología.”

“Nada me molesta más que la glorificación de la estupidez.”

“La cura para un argumento falaz es un mejor argumento, no la supresión de las ideas.”

“La imaginación con frecuencia nos lleva a lugares que nunca existieron, pero sin ella no vamos a ninguna parte.”

“Hacemos de nuestro mundo algo significativo por la valentía de nuestras preguntas y la profundidad de nuestras respuestas.”

“La extendida docilidad intelectual y moral puede ser conveniente para los líderes, pero es suicida para las naciones en el largo plazo.”

“Una de las lecciones más tristes de la historia es ésta: si nos embaucan por suficiente tiempo, tendemos a negar cualquier evidencia del engaño. No nos interesa conocer la verdad. El engaño nos ha capturado. Es simplemente demasiado doloroso reconocer, incluso a nosotros mismos, que hemos sido tomados por tontos. Una vez que le das a un charlatán poder sobre tí, casi nunca lo recuperas. Así, los viejos embaucadores tienden a persistir mientras nuevos embaucadores aparecen.” 

En 2022, un párrafo visionario de su libro de 1995 “El Mundo y sus Demonios” se hizo viral y puso de relieve la aguda intuición de Sagan para ver el futuro, escrito en una época en que internet aún no se había desarrollado en una herramienta de uso popular, y las redes sociales o los videos virales aún estaban a décadas de aparecer:

“Tengo el presentimiento de una América en el tiempo de mis hijos o nietos - cuando los Estados Unidos sea una economía de servicios e información; cuando casi todas las industrias manufactureras se hayan ido a otros países; cuando poderes tecnológicos impresionantes estén en manos de unos pocos, y nadie que represente el interés público pueda siquiera comprender los problemas; cuando la gente haya perdido la capacidad de establecer sus propias agendas o cuestionar con conocimiento de causa a los que tienen autoridad; cuando, aferrándonos a nuestros cristales y consultando nerviosamente nuestros horóscopos, con nuestras facultades críticas en declive, incapaces de distinguir entre lo que se siente bien y lo que es cierto, nos deslicemos, casi sin darnos cuenta, de vuelta a la superstición y la oscuridad. El embrutecimiento de América es más evidente en la lenta decadencia del contenido sustancial en los enormemente influyentes medios de comunicación, los registros de sonido de 30 segundos (ahora de hasta 10 segundos o menos), la programación con el denominador común más bajo, presentaciones crédulas sobre la pseudociencia y la superstición, pero especialmente una especie de celebración de la ignorancia.”

Ilustración de Jody Hewgill

Brilliante, trabajólico, carismático, inspirador, imperfecto, humano - Carl Sagan tuvo una vida plena y su vasto legado de conocimiento, ciencia y pensamiento sigue siendo un haz de luz que continúa iluminando el futuro.

Aunque su trabajo de investigación personal puede haber sido menor para los estándares científicos, su contribución a la exploración espacial, a nuestro conocimiento de los planetas, a nuestra comprensión de los fenómenos tales como el calentamiento global, y la popularización de la ciencia son innegables.

Con su nombre inmortalizado en libros y material de difusión científica, además de premios y edificios, el invalorable legado de Carl Sagan continúa vivo y sigue dando frutos, con nuevas generaciones de científicos que lo mencionan como su inspiración en tomar los primeros pasos en el fascinante y en constante progreso mundo de la ciencia.

Para Saber Más 

*Lee la contribución de Carl Sagan a la Encyclopaedia Britannica con su artículo sobre la vida extraterrestre, actualizado por su primera esposa, la bióloga evolucionaria Lynn Margulis, y su hijo, Dorion Sagan:

*Lee el artículo de Carl Sagan sobre vida extraterrestre, y su intercambio con el biólogo evolucionario Ernst Mayr, el cual provee una fascinante ventana a la visión de ambos científicos:

*Para ver un completo listado de los libros y publicaciones de Carl Sagan, vean esta página de Wikipedia, la cual incluye una descripción de cada volumen:

*¿Quieren saber más detalles sobre la vida y obra de Carl Sagan? Entonces sigue éste enlace para leer y descargar su biografía publicada por la Academia Nacional de Ciencias:

*¿Quieren saber más acerca de la vida de Carl Sagan en más detalle? Recomendamos éstas dos biografías, ambas publicadas en 1999: “Carl Sagan: Una Vida en el Cosmos” por William Poundstone (Henry Holt), y “Carl Sagan: Una Vida”, por Keay Davidson (Wiley & Sons).

Fuentes: Encyclopaedia Britannica, National Academy of Sciences, NASA, Los Dragones del Edén, por Carl Sagan, La Conexión Cósmica, por Carl Sagan, Revista Smithsonian, NOVA, MUY Interesante, Wikipedia.

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