“Moonrise” – Sueños, Emociones, y Realismo Mágico

El pasado 10 de Mayo, el Ballet Nacional Chileno realizó el estreno mundial de la más reciente obra del coreógrafo sueco Pontus Lidberg, “Moonrise”.

Creada en apenas un mes, durante una breve residencia de Lidberg con el Ballet de Santiago, (con quienes colaboró por vez primera), “Moonrise” es una obra seductora, llena de elementos visuales y sonoros que capturan la imaginación del espectador, adentrándolo en un mundo de sueños y realismo mágico.  

En un hábil juego de palabras inverso al término “Amanecer” (Sunrise), el título mismo sugiere el mundo de los sueños, donde reina el subconsciente y nuestras emociones y deseos se hacen más intensos. 

Según Lidberg, la obra invita al espectador a cuestionar la naturaleza de la realidad y el poder de la imaginación, un fin que logra con gran destreza.

Conocido por obras como "Woodland", "Centaur", y "On the Nature of Rabbits", la coreografía de Lidberg es emotiva, vivaz, de líneas limpias y definidas, con movimientos que juegan con la gravedad, el peso y la inercia, ocupan el espacio escénico en toda su extensión, y utilizan el cuerpo humano en su máxima expresión.

Con una elegante economía de recursos, Lidberg hábilmente pinta sobre el escenario desnudo escenas que evocan desde una alegre fiesta con amigos hasta la desolación psicológica del amor no correspondido.

Fotografía: Amaru Piñones 

Pequeños gestos cotidianos -como fumar un cigarrillo, esperar en la parada del bus o hablar por celular-, cobran una nueva dimensión y adquieren nuevos significados. Gestos que también ayudan a integrar al espectador dentro de la obra, haciéndole parte de su relato. 

La utilización de elementos de danza teatro, con diálogos improvisados en escena por los propios bailarines, le otorgan a “Moonrise” una cualidad inesperada, donde cada puesta en escena es nueva y diferente a las anteriores.

El vestuario de los bailarines, semejando ropa casual pero de colores más vivos, refleja el concepto central de la obra: una realidad aparente un paso más allá de lo normal y cotidiano.  

Según Lidberg, el desarrollo de “Moonrise” fue realizado en estrecha colaboración con los bailarines. En éste proceso, las ideas del coreógrafo fueron interpretadas por los bailarines, siendo éstos libres de hacer aportes personales. 

Éstos eran aprobados y añadidos a la obra o bien descartados por el coreógrafo durante el proceso de creación. 

El resultado final, sin embargo, recrea fielmente la visión y la estética de Lidberg.

Video: Moonrise (1:12)

https://www.youtube.com/watch?v=w92tdW6nhFQ


Interpretada por un grupo de nueve talentosos bailarines a través de 45 minutos sin intervalo, la obra fluye en constante movimiento, con breves pausas en las que su ritmo se aminora lo suficiente para explorar emociones más profundas. 

Desde su vibrante inicio al compás de la obertura de "Las Noches de Figaro" de Mozart, hasta su relajante final al son de la canción "O grande amor" de Joao Gilberto, “Moonrise” atrapa la atención del espectador y no la suelta nunca. 

Aunque “Moonrise” no cuenta una historia definida, ése es precisamente parte de su encanto - su narrativa se desarrolla como escenas separadas pero interconectadas por los mismos protagonistas que, como personajes que entran y salen de sueños, van hilando una trama de acciones y emociones.

De hecho, las emociones juegan un rol fundamental en “Moonrise”, y Lidberg casi no deja ninguna sin desarrollar: amor, deseo, alegría, tristeza, soledad, anhelo, desesperación, aburrimiento, impaciencia - todas tienen un espacio en su coreografía, expresada hábilmente a través de movimientos, gestos sutiles, música, sonidos y voz. 

Fotografía: Amaru Piñones 

El uso de las máscaras aumenta el sentido onírico de la pieza y profundiza en su mensaje. ¿Quiénes somos cuando soñamos? ¿Somos nosotros mismos o avatares de nuestro propio ser?

El agua es un elemento constante en esta obra. Desde su escena de apertura -con una fuente creada por los propios bailarines en cuidada coordinación, pasando por el impecable balanceo de tres vasos por una bailarina, un magnífico dueto que hábilmente incorpora un vaso en todos sus movimientos, hasta la escena final de una fiesta-, el agua es un elemento de vida y dinamismo, y actúa como elemento conector entre las escenas de la obra.

“Moonrise” incorpora preciosismos sutiles que pueden pasar desapercibidos por el espectador más casual, pero que sin duda atraparán la imaginación de aquellos con una sensibilidad más desarrollada.

El relato final de “Moonrise” y su mensaje cambia dependiendo del espectador, pues cada uno hila su propia historia según los elementos que ve en escena. 

Esa es la magia y el encanto de esta obra, de la cual la mayoría de los espectadores parece no querer despertar una vez que las luces se han apagado.

Sólo podemos esperar que el BANCh interprete esta pieza con frecuencia para que más público la pueda disfrutar y apreciar, y que Lidberg regrese a colaborar en la creación de nuevas obras que nos lleven a su especial mundo de sueños y refinada expresión artística.

Obra: «Moonrise» 

Intérprete: Ballet Nacional Chileno, BANCH.

Lugar: Teatro Universidad de Chile/ Centro de Extensión Artística y Cultural Universidad de Chile, CEAC. Avenida Providencia #43, Santiago.

Coreografía: Pontus Lidberg.

Fechas: 10 al 18 de Mayo, 2024. 

Fotografía de portada: CEAC/Juan Pablo Garretón





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