Más ágil que una tortuga, más fuerte que un ratón, más noble que una lechuga, su escudo es un corazón... Si vivieron en un país de habla hispana durante los últimos 50 años, probablemente reconozcan ésta familiar introducción.
La fértil imaginación de Chespirito fue creadora de algunos de los personajes más queridos e icónicos de la televisión en español, así como de algunas de las frases más recordadas, muchas de las cuales se incorporaron al léxico coloquial de los países donde se emitieron sus programas.
Conoce aquí más sobre el genial guionista, actor, director, compositor y creador Roberto Gómez Bolaños, más conocido como Chespirito.
Video: El Chapulín Colorado introducción (1977) (1:07)
Roberto Gómez Bolaños nació en Ciudad de México el 21 de febrero de 1929, segundo hijo de la secretaria bilingüe Elisa Bolaños Cacho y del pintor, dibujante e ilustrador Francisco Gómez Linares, quien diseñaba para diarios y revistas, y era considerado como uno de los retratistas más cotizados de principios de siglo XX.
Roberto heredó el gusto por el espectáculo de su padre, pero lamentablemente éste falleció cuando Roberto aún era un niño, dejando a su esposa y sus tres hijos en un compleja situación económica.
A pesar de ello, Roberto continuó su educación y sus altas calificaciones le permitieron acceder a la Universidad Autónoma de México para estudiar la carrera de ingeniería. Sin embargo, su destino era otro.
En 1951, a la edad de 22 años, Gómez Bolaños tomó un trabajo de copista en una agencia de publicidad, pero su buen oído para el diálogo y los juegos de palabras lo hacían un talento natural para escribir guiones de comedia.
Así, en unos cuantos años, Bolaños empezó a escribir guiones para radio, televisión y películas a tiempo completo.
Entre 1960 to1965, Gómez Bolaños escribió para los programas de comedia más importantes de la televisión mexicana, tales como Cómicos y canciones y El estudio de Pedro Vargas, así como para varias películas interpretadas por el famoso dúo de Viruta y Capulina.
Pero su despegue definitivo hacia el éxito llegó con el programa “Los Supergenios de la Mesa Cuadrada”, donde Bolaños compartió pantalla con María Antonieta de las Nieves, Rubén Aguirre y Ramón Valdés, quienes más tarde formarían parte integral del elenco de sus programas.
Fue en ésta época que el cineasta Agustín Delgado, le dio el apodo con el que Bolaños se haría famoso.
Delgado vio tanta creatividad en el joven Roberto que le dijo que era como un Shakespeare pero en miniatura, debido a su baja estatura (1.60m/ 5'3").
El apodo “Chespirito” pegó y nunca más lo dejó.
En 1968, Chespirito fue contratado por la recién inaugurada cadena TIM (Televisión Independiente de México). Como parte de su contrato, Bolaños ganó un espacio de media hora en las tardes del sábado, transmitido como parte del show de variedades Sábados de la Fortuna.
Chespirito tenía autonomía absoluta en este espacio, y lo usó al máximo, creado hilarantes cortos de comedia que pronto le ganaron un espacio de una hora en horario prime.
Su show, llamado simplemente “Chespirito”, vio el nacimiento de dos de sus personajes más populares y memorables: El Chapulín Colorado en 1970, y un año después El Chavo del Ocho.
Estos dos personajes se convirtieron inmensamente populares a través de un amplio rango de público, por lo que después de un tiempo el canal decidió otorgarles a cada uno su propio espacio de media hora de duración.
Al igual que otros ejemplos de comedia latinoamericana, como Cantinflas o Condorito, mucho del humor de Chespirito es verbal y está intrínsicamente ligado a la cultura local, por lo que un conocimiento de ésta y del idioma español se hacen necesarios para disfrutarlo y comprenderlo.
Aún así, el alcance de su humor es universal, y prueba de ello es su éxito dentro del mercado Brasileño, donde sus series fueron efectivamente traducidas al portugués.
La carga cultural de las frases creadas por Chespirito es tan precisa que muchas de ellas aún se usan hoy en día, y son comprendidas sin necesidad de explicaciones referenciales.
“-Dígame, licenciado.
-Licenciado.
-Gracias, muchas gracias...”
--Los Chifladitos
Parte del éxito de estos programas se debe a su humor accesible y de fácil interpretación.
Mezclando humor físico con humor verbal, el Chapulín Colorado era débil, torpe y asustadizo pero luchaba por los buenos con su arsenal de herramientas: el chipote chillón, las antenitas de vinil, la Chicharra paralizadora y las pastillas de chiquitolina para reducir su tamaño.
Creado como farsa a los superhéroes de las tiras cómicas norteamericanas, el Chapulín Colorado es un héroe inverosímil y representa lo inalcanzable del sueño Americano para los humildes latinoamericanos que, sin embargo, siempre salen adelante gracias a su astucia y buen corazón.
Basados en rutinas de clowns circenses y vaudeville, los sketches incluían situaciones absurdas de comedia física con golpes y bofetadas marcadas por sonoras campanadas, chistes de doble sentido, juegos de palabras y agudezas que hacían brotar carcajadas de la audiencia.
De hecho, la utilería barata y su estilo de bajo presupuesto formaban parte del estilo jocoso de las comedias de Chespirito. Sillas y taburetes de madera balsa, piedras de papel maché, martillos de goma, antenitas de vinil... todo formaba parte de su humor benigno.
Pero si “El Chapulín Colorado” se basaba en un personaje que desafiaba el arquetipo del superhéroe, los personajes de “El Chavo del Ocho” se ajustan fielmente a los arquetipos de los personajes que se podrían encontrar en cualquier barrio pobre de Latinoamérica, los que a su vez están basados en la Commedia dell’Arte.
Al igual que su par Cantinflas o Charlie Chaplin, Chespirito se inspiró en el hombre común para crear sus personajes, y se dirigió a la gente más humilde con respeto y aprecio, contando sus historias con una visión cándida y optimista de la vida.
Ello hizo que la gente se sintiera reflejada en sus personajes y los acogiese como propios.
Así surgen el Chavo, el niño huérfano que vive en un barril y es adoptado por la humilde comunidad donde vive, Don Ramón, el eterno desempleado con mala suerte que huye cada vez que el Señor Barriga viene a cobrarle la renta, y cuya hija, la Chilindrina, es la mejor amiga del Chavo.
Su vecina, Doña Florinda, es una mujer de alta alcurnia venida a menos, y cuyo único hijo, Quico, es mimado y malcriado con juguetes inaccesibles para los otros niños.
Completan el conjunto el maestro de escuela y eterno pretendiente de Doña Florinda, el profesor Jirafales, así como la llamada Bruja del 71, una solterona que trata de conquistar a un renuente Don Ramón.
Al contar con mayor variedad de personajes en una historia continua, El Chavo del Ocho también le permitió a Bolaños profundizar sus historias, llegando incluso a realizar veladas críticas sociales enmarcadas dentro de la comedia.
Cada personaje creado por Bolaños estaba desarrollado hasta sus más pequeños detalles, los cuales estaban intrínsicamente ligados a sus personalidades - por ejemplo el llanto desaforado de la Chilindrina, el llanto ronroneador de Quico, o el ahogado y agudo llanto del Chavo.
Además, la enorme popularidad de los programas de Chespirito en Latinoamérica extendió y familiarizó hacia otras culturas el uso de términos mexicanos tales como “chavo” (chico, chaval), “menso” (tonto), “chapulín” (saltamontes), etc.
El éxito internacional de El Chavo y El Chapulín Colorado dio paso a discos musicales, libros, revistas, álbumes de cromos, juguetes, y presentaciones en teatros e incluso estadios, donde Chespirito y el elenco de las series interpretaban sketches cómicos y canciones inspiradas en sus personajes.
Amante del deporte, en su juventud Roberto Gómez Bolaños probó suerte en el boxeo amateur, donde llegó incluso a participar en el célebre campeonato mexicano Guantes de Oro.
Dicha afición se ve frecuentemente reflejada en las peleas bufonescas interpretadas en todas sus comedias.
El Chapulín Colorado, el chipote chillón, pastillas de chiquitolina, el Chavo del Ocho, la Chilindrina, la Chimoltrufia, el Chómpiras, los chifladitos, Chaparrón Bonaparte, chiripiolca, el Doctor Chapatín...
Consultado por qué tantos de los nombres de sus personajes y palabras creadas comenzaban por “Ch”, Chespirito respondió que además de su potencial cómico, este sonido era muy latinoamericano, pues está presente en las palabras nativas desde México hasta Argentina.
A través de su énfasis, su propósito era conectar mejor con el público de Latinoamérica.
Además de su declarada admiración por Cantinflas y de su evidente influencia de la comedia circense, Chespirito también se inspiró en los genios humorísticos del cine mudo Charlie Chaplin y “El Gordo y el Flaco”, a quienes homenajeó en varias recreaciones dentro de su programa.
No se produjeron nuevos episodios de Chespirito durante el resto de la década del 70, mientras Bolaños se concentraba en el desarrollo de sus nuevas series.
Sin embargo, después que éstos programas llegaron a su final a mediados de los años 80, retomó la producción de la serie original, la cual continuó por los siguientes 15 años.
Pero el tiempo era inexorable. Sufriendo complicaciones de salud cada vez más agudas, Bolaños encontró que no podía seguir interpretando sus amados personajes.
Para cuando su programa terminó en 1995, Chespirito, su elenco de actores (Florinda Meza, María Antonieta de las Nieves, Rubén Aguirre, Edgar Vivar, etc...) y sus personajes se habían convertido en nombres familiares a través de continentes.
Como actor, Chespirito apareció en más de 20 películas y realizó cientos de apariciones en escena, con frecuencia también en roles de escritor y director.
También apareció en escena, tanto en producciones teatrales independientes como con el elenco completo de “Chespirito” en tours internacionales para recrear sus famosos personajes con enorme éxito.
Además, Chespirito escribió varios guiones cinematográficos, notablemente, “La Reina Madre” (1992), sobre la madre de Charlie Chaplin, y “11 y 12" (1992) además de varias novelas.
También fue autor de un libro de poesía (2003), y una autobiografía (2006), titulada “Sin Querer Queriendo”, una de sus frases más recordadas.
Aunque comenzó a componer como un pasatiempo, Chespirito escribió las canciones para sus programas, algunas de las cuales incluyen “Qué Bonita Vecindad”, “El Chapulín Colorado”, y “Churín Churín Chun Flais”, editando varios LPs, además de componer las canciones para varias novelas mexicanas de gran éxito.
Chespirito recibió muchos galardones durante su vida, tal como las llaves de la ciudad de Cicero, Illinois, en 2003, el Premio ACE en 2008, el Premio Leyenda en los Premios Hispanic Heritage Awards en 2011, el Permio Ondas Iberoamericano en 2013, y una serie de estampillas publicadas en 2006 por el servicio postal de México en su honor.
En 2006, El Chapulín Colorado y El Chavo fueron revividos como dibujos animados por Televisa, junto con videojuegos, juguetes y juegos de mesa entre otros artículos de marketing.
Y luego de una extensa batalla legal por los derechos de transmisión, las repeticiones de los clásicos episodios nuevamente han vuelto a ser transmitidos este año para deleite de una nueva generación de televidentes
Siempre deseoso de conectar con su público, Chespirito abrió una cuenta en Twitter en 2011 para estar en contacto con sus admiradores. Al momento de su muerte, esta contaba con más de 6 millones de seguidores, lo cual da cuenta de su inmensa popularidad a través de las diferentes generaciones.
Tras su fallecimiento en 2014, Gómez Bolaños fue despedido con una misa multitudinaria en el Estadio Azteca de México a donde acudieron miles de seguidores para rendirle tributo y un último adiós.
Pero sus personajes y series siguen hoy día más vivos que nunca, para deleite de quienes crecieron con ellos y de quienes los descubren por primera vez.
A veces criticado por hacer humor demasiado cándido, el propósito de las creaciones de Chespirito fue simple: hacer reír a la gente con humor blanco y entregar un momento de distención y de escape de todos los problemas de la vida.
Probablemente por eso, a pesar de la simpleza de sus rutinas y a pesar de tener más de medio siglo de creadas, éstas aún siguen haciéndonos reír, recordándonos que la risa une a todos los seres humanos y no tiene fronteras.
¿Sabías Que...?
- Inicialmente, Chespirito creó el personaje de El Chapulín Colorado para ser interpretado por alguien más, pero luego de que varios actores rechazaron la oferta, Chespirito decidió interpretarlo él mismo.
- En 2021, María Antonieta de las Nieves consiguió un Récord Guinness al convertirse en la actriz que ha interpretado un mismo personaje (la Chilindrina) durante más tiempo: 48 años y 261 días al momento de recibir su certificado.
Fuentes: Encyclopedia Britannica, Thought.co, Guinness World Records, IMDB, El Mercurio, La Tercera, Wikipedia.
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