La Inteligencia del Humor
El buen humor es sexy. El buen humor es salud. El buen humor es inteligencia. ¿Inteligencia? ¿Cómo puede ser inteligente reirme de mi amigo cuando le salen chorros de leche por la nariz?
Y sin embargo, docenas de diferentes estudios sobre la conexión entre el humor y la inteligencia en los últimos 40 años han arrojado los mismos resultados: comprender y usar el humor estan fuertemente relacionados con la inteligencia. Mientras más sofisticada es la broma, más alto el nivel de inteligencia del individuo.
Y aunque la inteligencia y la educación no siempre van de la mano, algunos de los comediantes contemporáneos más exitosos han salido de universidades de elite: John Cleese (Cambridge), Eric Idle (Cambridge), Michael Palin (Oxford), Dudley Moore (Oxford), Emma Thompson (Cambridge), Rowan Atkinson (Oxford), Sacha Baron Cohen (Cambridge), Hugh Laurie (Cambridge) y Stephen Fry (Cambridge).
Como todos sabemos, existen diferentes grados de humor: una sonrisa, una risita, una carcajada, una risotada, una risa imposible de parar. Pero, ¿qué incita cada uno de estos estados?
Nuestra percepción de lo que es gracioso - lo que nos hace reír - esta directamente conectado a nuestros factores cognitivos y a nuestras identidades psicológicas.
Rowan Atkinson, graduado de Oxford, como ‘Mr. Bean’.
El humor parece haberse desarrollado en el cerebro de nuestros ancestros como una habilidad comunicacional, y como una herramienta social para mantener buenas relaciones vecinales en nuestras primeras sociedades primitivas. Un buen manejo del humor mantenía los problemas a raya, reducía las fricciones y aligeraba los conflictos, aumentando así las probabilidades de sobrevivencia.
Una prueba de que el sentido del humor es parte inherente del desarrollo del cerebro humano es que puede ser encontrado incluso en niños de apenas 12 meses de edad.
El sentido del humor parece desarrollarse en el cerebro junto con las habilidades lingüísticas, y según algunos estudios, a la edad de 6 años los cerebros de los niños ya responden al humor en forma similar a los adultos, lo cual demuestra la importancia de esta habilidad en términos evolutivos.
El humor es un proceso mental altamente complejo y especializado que requiere agudeza mental, empatía social, buen manejo del lenguaje, ritmo, conocimiento y comprensión de las convenciones sociales, y el uso hábil de la ironía y las contradicciones.
Nuestro sentido del humor cambia con la edad. Mientras más vivimos, desarrollamos una comprensión más profunda y una respuesta diferente al humor. Los chistes simples que de niños nos mataban de la risa ahora apenas nos hacen sonreir, pero chistes más complejos que requieren un nivel de compresión más profundo nos hacen reir con ganas.
Esto es porque, al desarrollar nuestras habilidades cognitivas, parte del placer que experimentamos en las bromas proviene de la actividad mental requerida para comprenderlas.
Aunque no todo el humor puede catalogarse de inteligente (por ejemplo, bromas sobre flatulencias y chistes de inodoro), se requiere un cierto nivel de inteligencia para siquiera comprender una situación como humorística.
El humor estimula varias regiones del cerebro al mismo tiempo. El humor social es procesado por la corteza frontoinsular y la corteza anterior cingulada, el cual regula la atención, la toma de decisiones, la moralidad, el control de los impulsos y las emociones.
Las bromas visuales son procesadas por la corteza extraestriada, localizada junto a la corteza visual primaria del cerebro; y el humor sin sentido (tal como mi amigo chorreando leche por la nariz) es procesado por el hipocampo y la corteza prefrontal, la cual regula el comportamiento cognitivo complejo, la expresión de la personalidad y comportamiento social.
Además, la circunvalación temporal posterior izquierda, la circunvalación inferior frontal izquierda y la unión temporoparietal trabajan en conjunto para hacer que comprendamos las relaciones entre los elementos incruos del chiste, y así entender la broma. Por último, el estrato ventral nos permite percibir placer de la broma.
¡Es todo un ejercicio para el cerebro!
Imágen: New Scientist
Existen varios factores cognitivos que inciden en nuestra comprensión del humor, algunos de los cuales son la edad, el sexo, los prejuicios culturales, la era cultural, experiencias personales, educación y nivel de inteligencia.
Para que una borma funcione, es necesario que tanto la audiencia como el bromista posean el mismo nivel de información y compartan puntos de vista similares. Si falta uno de estos factores , la broma no se comprenderá. Incluso las bromas mas simples están basadas en esta estructura básica.
El humor utiliza la juxtaposición de contradicciones, lo improbable, lo inesperado, lo inusual, lo absurdo, las abstracciones y exageraciones para conectar ideas y generar una respuesta jocosa.
Se requiere inteligencia tanto para crear estos enlaces como para descifrarlos en un significado congruente.
Nuestro desarrollo cognitivo determina
nuestro tipo de humor
En la investigación publicada con el nombre de “Los Grandes Comediantes : La Personalidad y Otros Factores” en la Revista Norteamericana de Psicoanálisis, el doctor Samuel S. Janus reveló que los puntajes de coeficiente intelectual de los 55 comediantes profesionales que participaron en el estudio iban de 115 a más de 160, con una media de 138 (el coeficiente intelectual medio es de 90-110)
El doctor Janus concluyó que “los comediantes son personas altamente sensibles que poseen una extraordinaria percepción de las necesidades y temores de la audiencia (...), son empáticos y son capaces de convertir el miedo en humor y el terror en risa.” Todo lo cual apunta a un alto nivel de inteligencia interpersonal y lingüïstica, de acuerdo con la teoría de las inteligencias múltiples desarrollada por el doctor Howard Gardner.
Los comediantes utilizan el humor como una válvula de escape para expresar enojo y frustración de una manera socialmente aceptable, y también para buscar aceptación y empatía.
En un estudio reciente liderado por la doctora Ulrike Willinger de la Universidad Médica de Viena, investigadores encontraron que el grupo con los niveles más altos de comprensión y apreciación de los chistes mostrados (humor negro) también presentaron los niveles de nivel intelectual más altos en las pruebas verbales y no verbales, tenían mejor educación y recibieron los puntajes más bajos en agresión y mal humor que el resto de los sujetos participantes.
De acuerdo a la doctora Willinger, estos resultados sugieren que el procesamiento del humor negro es una labor de procesamiento de información compleja que requiere un alto nivel de habilidad cognitiva.
La conexión entre la inteligencia y el humor es clara. Y sin embargo, hay mucha gente inteligente que parece no tener mucho sentido del humor. ¿Cómo se explica ésto?
Tomando en cuenta que existen diferentes sentidos del humor, una cosa es reaccionar al humor (como recipiente) y otra es crear el humor (como productor). Como respuesta mental, el humor es una habilidad innata, tal como lo es ser bueno con los números o tener habilidad natural para la música.
No tener la habilidad para ser inventivo o jocoso no necesariamente disminuye la inteligencia de un sujeto. Sin embargo, ser incapaz de percibir los matices del humor (en ironías, doble sentidos, insinuaciones sutiles, etc.) puede apuntar a problemas cognitivos o psicológicos.
El humor está íntimamente relacionado con la salud mental. Los pacientes con desórdenes mentales severos con frecuencia pierden la capacidad de comprender el humor, o encuentran graciosas cosas que gente normal encuentra aterradoras o perturbadoras.
Caricatura de Gary Larson
Entre muchos otros beneficios para la salud, reirse aumenta la oxigenación, estimula el corazón, pulmones y músculos y eleva nuestros niveles de endorfinas, la hormona responsable de bloquear el dolor y darnos una sensación de euforia.
Los beneficios del humor en el cerebro han sido estudiados por un grupos de científicos en la Universidad de Loma Linda, arrojando beneficios positivos que ayudan a contrarrestar los daños producidos en el cerebro por el cortisol, la hormona del estrés, los cuales incluyen pérdida de la memoria y dificultades de aprendizaje.
Además, reir ayuda a la relajación muscular y estimula la circulación, todo lo cual a su vez ayuda a la salud y el bienestar general del individuo.
Sin embargo, a pesar de sus beneficios, no todos los tipos de humor son iguales, para nuestros cerebros o nuestra salud.
De acuerdo a una investigación encabezada por el doctor Nicholas Kuiper y publicada por la Revista Internacional de Investigación del Humor, los tipos adaptativos de humor (de los tipos afiliativo hacia otros y modestia) están asociados a una buena auto estima, control de la ansiedad e interacciones sociales positivas.
Del otro lado, los tipos de humor maladaptativos (agresivo, de odio a sí mismo) están asociados a un bienestar psicológico pobre y a altos niveles de ansiedad y depresión.
De manera interesante, de acuerdo a un estudio reciente basado en una población de estudiantes universitarios, tener un buen sentido del humor es una característica crucial para quienes buscan pareja, para 90% de los hombres y 81% de las mujeres.
Así, el humor puede aumentar nuestro atractivo para el sexo opuesto.
Sin embargo, los científicos también han encontrado que los hombres y las mujeres poseen diferentes formas de humor.
En un estudio sobre esta materia, el doctor Nick Neave, psicólogo de la Universidad de Northumbria, encontró que, mientras las mujeres bromeaban con menor frecuencia que los hombres y eran más propensas a hacer comentarios positivos, 75% de los hombres buscaron usar alguna forma de humor y fueron más propensos a usar humor agresivo, especialmente en contacto con otros hombres.
Esto, explica el doctor Neave, se debe a la testosterona. Según el doctor Neave, el humor en los hombres puede haber evolucionado como una estrategia de apareamiento, y se vuelve agresivo cuando se sienten amenazados por la competencia.
A pesar de la diversión que nos entrega, el humor es un tema complejo - ¡y no es broma!
El buen humor contribuye a nuestra salud y bienestar general, puede hacernos mas atractivos, le da un buen ejercicio a nuestro cerebro y puede ayudarnos a salir adelante con el estrés y los baches en el camino de la vida. ¡No es secreto que la gente con un sano sentido del humor vive más tiempo y son más felices!
Sin importar el tipo de humor que favorezca, disfrutar de una buena dosis de humor es la forma más inteligente de vivir la vida y añadir importantes beneficios a su salud, bienestar, inteligencia y atractivo. Así pues, ¡A reír!
Fuentes: Psychology Today, ‘The Psychology of Humor’ by Rod A. Martin, New Scientist, American Psychology Association, International Journal of Humor Research, American Journal of Psychoanalysis, BBC News.
Comments
Post a Comment