Inteligencia Artificial - El Desafio Futuro de Hoy


En Enero del 2017, un modelo de Inteligencia arificial desarrollado por IDST/Alibaba superó a un humano en habilidades de comprensión de lectura. En Enero de este año, Ford develó un automóvil con Inteligencia Arificial capaz de contactar a otros vehículos de manera de detenerlos y multar a los infractores. 

Cada día ‘Siri’ ayuda a millones en sus búsquedas y tareas de organización. “Watson” prepara declaraciones de impuestos en H&R Block, y participa en transmisiones de deportes casi tanto como los comentaristas humanos. Y desde Febrero de este año, el servicio de salud mental del Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña ofrece tratamientos de realidad virtual como una alternativa asequible a las consultas con terapeutas humanos.

Una vez ciencia ficción y hoy una realidad - la Inteligencia Artificial llegó para quedarse.

Como campo de estudio, la inteligencia artificial ha estado entre nosotros desde finales de los años '40, con el desarrollo de la Máquina Turing, el predecesor de los modernos computadores. Su avance ha tenido sus vaivenes en el tiempo, dependiendo del financiamiento disponible. 

Ahora la Inteligencia Artificial finalmente está haciendo serios progresos gracias a una serie de desarrollos tecnológicos en años recientes, tales como chips más pequeños, tecnología de Nube, redes neurales, tecnología 5G, etc.

Todos estos han significado logros de proporciones históricas para la invención humana. Y sin embargo, ningún otro avance teconológico ha suscitado tanta excitación y proeocupación como la Inteligencia Artificial, la cual es vista por muchos como una amenaza para la humanidad en general.

Pero, ¿Qué es exactamente una ‘inteligencia artificial’ y qué tantos de nuestros temores son justificados y no mera especulación?


En ciencia computacional, la inteligencia artificial se refiere a cualquier aparato que percibe su entorno y toma acciones para maximizar sus oportunidades de lograr efectivamente sus metas programadas.

Se llama ‘Inteligencia Artificial’ porque copia la habilidad humana de aprender y tomar decisiones, basado en cálculos algorítmicos que dependen de estadísticas. Cada decisión tomada por el mecanismo se deriva de una lista de posibilidades, de donde extrae la que tiene la mayor posibilidad de éxito.

Si la decisión tomada es incorrecta (por ejemplo, declarar que un sujeto está ‘triste’ cuando en realidad está ‘cansado’), el mecanismo de I.A. archiva esta corrección en su base de datos. Así, la próxima vez que se encuentre en la misma situación, estará incorporada dentro de las posibles opciones y la probabilidad de dar la respuesta correcta será mucho mayor.

Tal como los niños, las máquinas ‘aprenden’ a través de una serie de éxitos y errores.

Sin embargo, aunque este método es más rápido que codificar cada posible resultado para cada caso, la I.A. no puede ser aplicada a todas las situaciones. 

Para algunas decisiones, (por ejemplo, en el caso de una emergencia de vida o muerte) no podemos esperar a que el mecanismo de I.A. aprenda la alternativa correcta a través de la experiencia.


Ahora los ingenieros de I.A. están enfocados en imitar la conducta humana hasta el punto de que no pueda ser reconocido de un ser humano real. Pero, ¿Es esto una buena idea?

Un articulo reciente publicado por el New York Times destaca que las tecnologías de I.A. copian las respuestas humanas incluso en su lenguaje soez y prejuicios sociales, levantando objeciones morales tanto en usuarios como en desarrolladores.

Afortunadamente, hasta ahora los humanos han sido difíciles de engañar, hallando rápidamente la falsedad. Pero con el rápido avance de la tecnología, el día en que no reconozcamos una respuesta humana de aquella generada por un mecanismo de I.A. puede que no esté muy lejos, suscitando el temor del ‘remplazo humano’.


Cada vez que una nueva tecnología entra al mercado, hay predicciones de desplazamiento - deshacerse de lo viejo para adaptar lo nuevo. 

Los MP3s y la música en línea marcarían el fin de formatos de música más antiguos, los libros electrónicos serían el fin de los libros de papel, los cajeros automáticos significarían el fin de los cajeros de banco, internet sería el acabóse de las bibliotecas, las clases en línea significarían el fin de las clases reales y los profesores serían remplazados por máquinas, etc.

Sin embargo, la mayoría de estas tecnologías conviven a la par, e incluso han causado el efecto reverso: han hecho que la gente prefiera lo análogo y se aferre a él, bien por pura costumbre, nostalgia, conveniencia o cualidades impredecibles (por ejemplo, los LPs suenan mejor que los archivos de música digital comprimida). 

Algunas labores artesanales, tales como zapateros y sastres, incluso se han visto asociados con una mejor calidad y exclusividad, haciéndolos símbolos de status social.

Como cualquiera que ha sido víctima del ‘autocorrector de textos’ sabe, implementar una nueva tecnología es un largo proceso de ensayo y error que depende del interés y voluntad del público para ser parte de él, y de adaptarse a él. 

Porque no todos se sienten cómodos o seguros con la tecnología.


Hace poco, el supermercado de mi localidad remplazó la mitad de sus cajeras con máquinas de autoservicio. Era un cambio predecible, y uno que representa una mayor velocidad del proceso de compra. Pero a pesar de su eficiencia, me alarmé al ver que las cajeras que conocía desde hace años hubiésen sido despedidas - e igualmente me contenté al verlas en un turno diferente. 

Cuando le comenté a una de ellas sobre esto, meneó la cabeza. “No creo que nos remplacen.” Me dijo con seguridad. “Debería vernos en la hora de más tráfico - ¡La gente prefiere hacer filas largas antes que ir a las máquinas!”

Tal vez es porque my vecindario es bastante tradicional a pesar de su población joven, pero aún es un ejemplo de lo impredecible de implementar nuevas tecnologías. Y esto también incluye el mercado laboral.

Tal como los roll-o-dex y fill-o-fax fueron remplazados por bases de datos, los arquitectos cambiaron sus mesas de dibujo y reglas T por AutoCAD, y los mapas de papel fueron remplazados por GPS, hemos evolucionado junto con la tecnología y las nuevas herramientas desarrolladas para facilitar nuestras vidas.

Y tal como la revolución industrial y el advenimiento de la computadora personal revolucionaron la fuerza laboral, la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías están causando un trastorno similar, pero a un ritmo más acelerado. 

Esta vez, el terreno entre los humanos y la tecnología está más igualado, gracias al desarrollo de las redes neurales y los processos de aprendizaje profundo.   

            
Entonces, ¿Es cierto que las máquinas pronto remplazarán a los humanos en la fuerza laboral? 

Si damos crédito a los últimos estudios globales, la posibilidad es muy real y presente, y afectará a una gran proporción de la actual fuerza laboral a escala global.

A principios del 2018, el Instituto Global McKinsey produjo un reporte destacando que alrededor de 70 millones de personas en el mundo están en alto riesgo de ser remplazados por máquinas. En este mismo reporte, determinaron que para el 2030 la demanda por trabajadores de oficina caería en un 20%.

Un reporte presentado en el Forum Económico Internacional en Davos en Febrero de éste año explica que invertir en inteligencia artificial podría aumentar las ganacias de una compañía en un 38% en los próximos 2 años. 

Y aunque este reporte también indica que esta inversión también debería aumentar la tasa de empleo en un 10% en el mismo período, no está claro cómo esto compensaría por las pérdidas laborales generadas por la inclusión de la inteligencia artificial en la fuerza laboral.


En el pasado, hemos visto trabajos humanos remplazados por máquinas, especialmente en la industria de la manufactura. 

Aunque en su momento esto significó despidos masivos, a la larga evitó la explotación de la fuerza laboral humana (tal como aún ocurre en industrias textiles y otros campos de trabajo barato, los llamados ‘sweat shops’ prohibidos por la mayoría de los países), incrementando la producción al tiempo que se mantenían los costos de producción al mínimo, sin sacrificar la calidad del producto final. En retrospectiva, podemos ver el beneficio de este remplazo. 

Pero la tecnología no siempre opera para nuestro beneficio común.

Hasta ahora, la tecnología ha sido conveniente, pero ahora nos sentimos amenazados por ella.

Parte de la alarma reside en el hecho que, mientras en el pasado la tecnología ha remplazado trabajos menores (tales como operadora telefónica, operador de ascensores, lavanderas y otros similares), ahora la amenaza de remplazo laboral se cierne sobre un espectro más amplio y a una escala mayor. 

Tanto los trabajadores calificados como los no calificados serán remplazados por estas nuevas tecnologías. Empleos prestigiosos, tales como ‘abogado’ y ‘farmaceuta’ pronto podrían ser obsoletos.

Imagen: Fish4Jobs

El estudio del 2013 de la Universidad de Oxford, ‘El Futuro del Empleo’ cita al marketing telefónico, vendedores de seguros, cajeros y preparadores de impuestos como algunos de los trabajos con el mayor riesgo de ser remplazados por las nuevas tecnologías, siendo los terapistas recreacionales, médicos, cirujanos, profesores de prescolar y entrenadores atléticos algunas de las profesiones con menor riesgo de remplazo.

La base funcional de la I.A. son datos estadísticos procesados a gran velocidad. Es por esto que la I.A., en primera instancia, es fácilmente aplicable a trabajos monótonos o repetitivos que no requieren cambios abruptos de parámetros y condiciones (las computadoras trabajan mejor con lo que pueden predecir) o que requieren juicios sutiles (especialmente en el sector financiero).

Sin embargo, incluso los trabajos creativos no están completamente a salvo de ser remplazados. Con máquinas creando ‘obras de arte’ en el laboratorio, programas escribiendo articulos, y programas algorítmicos creando música comercial, existe una probabilidad relativa de remplazo en las artes.


Tal como la pionera de YouTube Taryn Southern declaró en la conferencia TNW en el 2017, “Hay un tsunami de cambio que se aproxima, y los cuentacuentos más exitosos no serán necesariamente los que sean mejores en contar historias, sino aquellos que sean mejores en identificar y adaptar las nuevas plataformas y tecnologías para su creación.”

Pero ¿Es un programa que escribe reportes financieros prueba definitiva que la inteligencia artificial remplazará a los periodistas? Una cosa es escribir un escueto reporte de números, y otra muy diferente escribir una crítical de un evento cultural, por ejemplo.

Imagen: Fish4Jobs

Los especialistas insisten que la I.A. ayudará en la creación de nuevos empleos, pero esto sólo ocurrirá através del aprendizaje adecuado de las nuevas tecnologías, algo que actualmente no está disponible para todos en todos los trabajos. 

Partes de la fuerza laboral inevitablemente se quedarán atrás.

Aunque estos estudios tratan de entregar una fecha aproximada, es verdaderamente imposible predecir cuándo dejaran de existir ciertos trabajos. Esto dependerá de la curva de desarrollo de estas nuevas tecnologías, asociadas con las condiciones socio-económicas de cada país y sus regulaciones locales. 

Por ejemplo, una firma de abogados en Australia ya ha abierto una oficina legal operada únicamente por máquinas para atender al público en la creación de testamentos.

Sin embargo, algunos trabajos no serán tan fácilmente remplazables, incluso teniendo la tecnología disponible para ello, simplemente porque aún será más conveniente tener un empleado humano, la tecnología es demasiado compleja o costosa para justificar el cambio, el trabajo requiere un conjunto de habilidades específicas que son difíciles de replicar por la tecnología (por ejemplo, el sentido del gusto y olfato de los cocineros y chefs), o simplemente porque aún necesitamos del toque humano.


Inevitablemente, algunos trabajos serán remplazados por la inteligencia artificial. 

Pero tal como ocurrió con el advenimiento de otras tecnologías en el pasado, podemos esperar que ambos lados eventualmente se nivelen, y tanto los humanos como la IA se integrarán y coexistirán armoniosamente lado a lado.

La mayoría de los mecanismos de I.A. necesitarán trabajar interconectados o en cercana cooperación con especialistas humanos que supervisen su correcto funcionamiento para poder continuar su aprendizaje. Al mismo tiempo, los trabajadores deberán diversificarse y aprender nuevas habilidades y tecnologías para mantenerse empleables y al día.

Pero si la inclusión de la I.A. suscita preocupación en la fuerza laboral humana, también lo hace en términos de datos y seguridad global. Un estudio reciente de la Universida de Oxford determinó que la I.A. es vulnerable a la explotación por hackers, estados renegados y terroristas.


Los defensores de la I.A. declaran que se requieren parámetros globales y leyes para regular el uso apropiado de esta nueva tecnología. Pero tal como ha ocurrido con las armas nucleares, las leyes por sí solas no serán capaces de que la I.A. no caiga en las manos equivocadas y sea usada en contra de la humanidad. 

Es un tema álgido que los gobiernos deben discutir y decir en los meses y años a venir.

Afortunadamente, aún estamos lejos de que nuestros peores temores se hagan realidad. Como el director de Investigación de Facebook, Yann LeCun explica, a este punto las máquinas “tienen menos sentido común que las ratas.” Sin embargo, dada la rápida curva de aprendizaje de los mecanismos de I.A., esto puede cambiar en el futuro cercano.

La historia está llena de predicciones no cumplidas, y si una cosa permanece verdaderamente humana en este mundo, es nuestra total complejidad y nuestra habilidad de cometer errores.

Tal como la científico jefe de aprendizaje de máquinas de A.I. Google Cloud, Fei-Fei Li dijo en su conferencia en la “Cumbre Nuevos Empleos 2018" del New York Times, “para que esta tecnología juegue un rol positivo en el mundo del mañana, debemos poner la humanidad de vuelta a su centro.”


Tal vez la mayor amenaza de la I.A. es que la gente se acostumbre a que la tecnología y los robots remplacen a los humanos. 

Una vez que perdemos nuestro deseo de conectarnos con otros humanos, una vez que dejamos de discernir lo que es humano de lo que es un algoritmo, y una vez que aceptamos que esta es la norma - entonces la batalla estará perdida. Hoy en día lo vemos como un imposible pero, tal como la epidemia de adicción a los celulares ha probado, no lo es tanto.

Preservar nuestra conexión con la naturaleza y los humanos es nuestra mejor, y tal vez nuestra única apuesta para el futuro.

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