¡60 Años de Willy Wonka!

En 1964 Roahl Dahl publicó un libro que se convertiría en un clásico en la literatura infantil, uno que a pesar de sus muchas reescrituras y cambios en las opiniones del público, sigue cautivando a los lectores jóvenes y no tan jóvenes de todo el mundo.

Sus personajes vivaces, coloridos y dinámicos siguen tan vivos como siempre, y su mensaje todavía suena verdadero y relevante como el día en que vio la luz por primera vez.

Inspirado por la experiencia de la infancia de Dahl como un verdadero "catador de chocolate" -su escuela ocasionalmente recibía cajas de chocolate de la compañía de chocolate Cadbury para ser probadas por los alumnos-,  "Charlie y la Fábrica de Chocolate" se publicó por primera vez en los EE.UU. en 1964 por Alfred A. Knopf, y más tarde en el Reino Unido por George Allen & Unwin. 

En 1971, Dahl escribió una secuela, "Charlie y el Gran Ascensor de Cristal", que fue publicada un año después. 

El autor de "Matilda", "James y el Melocotón Gigante", "Las Brujas", y "El Gran Gigante Bonachón", trabajó en una tercera entrega para Charlie y Willy Wonka, pero lamentablemente nunca llegó a terminarla.

Las idiosincrásicas ilustraciones Quentin Blake subrayan aún más el peculiar carácter de la historia, y su libertad de expresión refleja la naturaleza relajada de la historia, lo que despierta la imaginación de los jóvenes lectores. 

El abuelo de Charlie, Charlie, y Willy Wonka, por Quentin Blake.

Charlie Bucket es un niño pobre que vive con sus padres y cuatro abuelos en una vieja casa andrajosa en las afueras de la ciudad, y literalmente encuentra oro al descubrir el último boleto dorado para visitar la fábrica del famoso chocolatero Willy Wonka. 

En sus descripciones, Dahl no oculta el hambre de Charlie o la severa necesidad sufrida por su familia, pero siempre mantiene un aire de humor y optimismo sobre su precaria situación.

Dahl describe a Willy Wonka con un sombrero de copa negro, un abrigo de terciopelo color ciruela, pantalones verde botella, guantes de color gris perlado, un bastón de mango dorado y una barbita negra. 

También hace mención especial de sus ojos, describiéndolos como maravillosamente brillantes, "parecían brillar y centellear todo el tiempo. Toda la cara, de hecho, estaba llena de diversión y risas."

En cuanto a su comportamiento, Dahl compara a Wonka con "una ardilla en la rapidez de sus movimientos, como una ardilla rápida del parque."

Si esta comparación parece un poco cruel, las palabras que Dahl usó para describir a los cuatro niños díscolos que visitan la fábrica de chocolate escandalizarían a los lectores sensibles de hoy.

En su canción de despedida, los Oompa-Loompas se burlan de Augustus Gloop llamándolo 'cerdo', 'bestia', 'niño repugnante', 'gran niño codicioso', e 'infantil' (versiones posteriores eliminaron la palabra 'gordo' de la lista). 

Violet Beaugarde recibe un tratamiento similar, siendo llamada 'una pequeña mocosa repulsiva que siempre está masticando chicle'.

Más adelante en el libro, Dahl parece arrepentirse de su fuerte crítica, y en el caso de Veruca Salt la canción de despedida de Oompa-Loompas culpa a los padres por malcriar a sus hijos. 

En el caso de Mike Tevé, Dahl hace un llamado abierto para que los niños lean libros en lugar de ser enbrutecidos por la televisión, llamándola "¡esa ridícula máquina, esa nauseabunda, sucia, repulsiva pantalla de televisión!", una crítica que probablemente ahora se extendería a toda la sobreexposición de las pantallas modernas. 

Las opiniones de Dahl sobre cada uno de estos temas son muy claras a lo largo del libro, y no dejan lugar para segundas interpretaciones, algo que le trajo no poca controversia.

Pero si estas descripciones le causaron problemas, fueron los Oompa-Loompas los que recibieron la crítica más fuerte.

Oompa-Loompas, por Quentin Blake

En el libro, Dahl describe a los personajes como no más grandes que muñecos de tamaño mediano, "personas diminutas, no más altas que mi rodilla", con hermosos dientes blancos y piel blanca rosada, cabello largo de color marrón dorado, y vestidos de piel de ciervo (hombres), hojas frescas (mujeres), o nada en absoluto (niños). Eran traviesos, divertidos y alegres, les encantaba reír, y siempre estaban inventando canciones. 

El hecho de que Wonka probara sus inventos en ellos y los empleara como trabajadores a tiempo completo sin otro salario que chocolate también provocó críticas. 

Aún más alarmante fue la admisión de Willy Wonka de que había 'importado' los Oompa-Loompas desde Loompaland, afirmando: "Los pasé de contrabando en grandes cajas de embalaje con agujeros".

Todas estas imágenes provenían de los recuerdos de la infancia de Dahl y no eran de ninguna manera malintencionadas, pero apuntaban directamente a la esclavitud y al pasado colonialista de Gran Bretaña en un momento en que el Imperio se estaba desmoronando y el movimiento de los Derechos Civiles estaba en su apogeo. 

Dahl tuvo que reescribir los personajes para apaciguar la sensibilidad de los lectores, pero la controversia se mantuvo. 

Lecturas posteriores -de lectores adultos- encontraron aún más defectos en la historia, e incluso la novela fue prohibida por promover una "filosofía pobre de la vida", y por hacer de Charlie un personaje sin rasgos negativos.

A pesar de todo esto, sesenta años después de su publicación, "Charlie y la Fábrica de Chocolate" sigue siendo uno de los libros más populares en la literatura infantil, y su mensaje permanece fresco después de varias generaciones de lectores. 

El libro y sus personajes generaron una serie de franquicias, versiones cinematográficas, una edición limitada de chocolates Wonka, e incluso apareció en un sello de primera clase del Royal Mail en el Reino Unido en 2012.

Aquí echamos un vistazo a tres adaptaciones cinematográficas que han mantenido vivos a los personajes de Wonka para ser apreciados por las nuevas generaciones.

"Willy Wonka y la Fábrica de Chocolate" (1971)


Esta primera adaptación cinematográfica es fiel a la fuente original, aunque incluye algunos cambios en beneficio de la narrativa de la película.

La mayor parte de la película se rodó en un estudio, lo que le da un aspecto que los espectadores modernos tal vez puedan considerar 'plástico' y artificial. Sin embargo, dado que la mayoría de las películas en ese momento se rodaban en condiciones similares, el público no tuvo ningún problema con ésto. 

Siguiendo bastante fielmente la descripción de Dahl, Willy Wonka está vestido con un abrigo púrpura, sombrero de copa marrón, bastón de caminar de mango dorado y pantalones color arena. Los ojos brillantes y la sonrisa traviesa de Gene Wilder también transmiten con precisión la peculiaridad del icónico personaje.

Uno de los muchos méritos de esta película es que fue hecha con recursos técnicos limitados y sin el uso de ningún efecto especial, salvo algunos efectos fotográficos. A pesar de ello, la película todavía logra transmitir una sensación de maravilla y realismo de un lugar mágico. 

En un alejamiento de la fuente original, la película incluye la aparición de De Rapiña, un personaje solo mencionado en el libro, el cual actúa como un espía tratando de convencer a los niños para que lo encuentren el secreto del "caramelo sin fin" de Willy Wonka a cambio de una gran suma de dinero. 


Otra diferencia con el libro es la aparición de los Oompa-Loompas. 

Ansioso por evitar la controversia, el director decidió que debían ser criaturas no humanas, con piel naranja y pelo verde, y vestidos con prendas tradicionales. Además, aunque cantaban, eran en su mayoría personajes silenciosos y sombríos, otra diferencia con la fuente original.  

Debido a las dificultades técnicas para recrear la Sala de Nueces, la película optó por una Sala de Huevos de Oro, en el que Veruca Salt es declarada un "huevo podrido" junto con su padre, y arrojada por el vertedero de basura.

El final del libro también se cambia para mejorar su mensaje principal. 

Cuando Charlie es el último y único niño que queda en la gira, Willy Wonka lo despide abruptamente. Cuando su abuelo le exige una explicación, Wonka le responde que le han robado durante la gira, y se niega a dar el resto del premio de Charlie. 

Aunque con el corazón roto, Charlie acepta su decisión, y le devuelve un caramelo que le había dado durante la gira. El gesto (una muestra de honestidad y lealtad al negarse a vender el descubrimiento de Wonka a Slugworth, a pesar de la necesidad de dinero de Charlie) provoca el sincero agradecimiento del chocolatero, regalándole a Charlie la fábrica y transportándolo a él y a su abuelo a un futuro más brillante.

Dahl mismo resintió los cambios realizados en su historia, y no le gustaba esta versión cinematográfica; pero para la mayoría de los que la vieron entonces y desde entonces, éstas alteraciones no hicieron ninguna diferencia en su disfrute de la fantástica historia.

"Charlie y la Fábrica de Chocolate" (2005)


Fiel a su estilo, la película de Tim Burton adopta un enfoque más sombrío en la creación del universo imaginario de Dahl, realzando el misterio y el suspenso de las escenas.

Filmada con un presupuesto mucho más elevado que su predecesora, la estética de la película es modernista e incluso futurista, actualizando el aspecto de la historia y haciéndola más atractiva para el público contemporáneo.

Esta versión también es más fiel a la fuente original en su contenido general.

La representación de las condiciones de vida de Charlie y la difícil situación de su familia con el hambre y la pobreza se describen más ampliamente, y las emociones transmitidas por Charlie y su familia también se sienten más auténticas que en la versión de 1971. 

Todo esto ayuda al público -ya acostumbrado al naturalismo en la pantalla- a conectar mejor con el aspecto emocional de la historia.

La apariencia de Willy Wonka rescata el sombrero de copa y los guantes negros, pero su aspecto general (con énfasis en el negro) es mucho más elegante y sobrio que la descripción de Dahl, y el bastón de caminar dorado se reemplaza por un bastón de caramelo. 

Sin embargo, el comportamiento del personaje sigue siendo lúdico e impredecible, con algunas notas fatalistas y melancólicas que son parte de la marca registrada de Burton.  

Este intento de adherirse al material original no es una coincidencia, ya que al patrimonio de la familia Dahl se le concedió el control artístico total de la película por parte de los productores. Y sin embargo, la película también incluye muchas ideas originales propias.

Por ejemplo, Burton amplía la historia de fondo de los niños en un intento de profundizar en los aspectos psicológicos de su maldad. 

Por ende, Violet Beaugarde no solo es una voraz masticadora de chicle, sino también una súper competitiva karateca ganadora de trofeos, hija de una madre prepotente e igualmente súper competitiva. 

Mike Tevé, por su parte, no solo es adicto a la televisión sino también a los videojuegos violentos y -lo peor de todo- ni siquiera le gusta el chocolate.

Sin embargo, el mayor alejamiento con la película anterior y la fuente original son los Oompa-Loompas. 

Aunque la película representa el primer encuentro de Wonka con la tribu casi exactamente como lo describe Dahl en el libro, el resto de su desarrollo es diferente.


Usando tecnología CGI, la legión de pequeños personajes son interpretados por un solo actor en cientos de fotogramas individuales reunidos en la escena. 

Además de ser interpretado por el único actor de color en el reparto, el aspecto general de los personajes se moderniza vistiéndolos en jumpers tipo traje espacial, llevando su pelo negro en una cola de caballo corta. 

Además, a diferencia de la película anterior, las canciones de los Oompa-Loompa son completamente diferentes para cada niño, siendo encargadas al fiel colaborador de Burton, Danny Elfman.

Fuertemente influenciado por diferentes estilos de música pop, cada uno de los números musicales son verdaderos videos musicales por sí mismos, pero aparte de éstos, no hay más canto en la película, acercando esta versión a la fuente original.

Aunque el CGI ya era ampliamente utilizado por entonces, en lugar de depender únicamente de efectos especiales, Burton utilizó decorados reales (más tarde mejorados digitalmente), logrando así efectos fantásticos al tiempo que retenía la fisicalidad del ambiente. 

Además de los mensajes transmitidos en el libro, un mensaje bastante subconsciente en la película de Burton es la importancia de la higiene oral. Desde el aterrador artilugio dental del joven Willy hasta su sonrisa deslumbrantemente blanca, su padre dentista, los prominentes dientes de todos los personajes y el trabajo del Sr. Bucket en la fábrica de pasta de dientes, los dientes son de importancia significativa en esta historia. 

Al igual que en la versión cinematográfica de 1971, la película de Burton también cambió el final de la historia original para incluir un mensaje adicional. 

Después de ganarle al resto de los niños, Charlie rechaza la oferta de Willy Wonka de convertirse en el nuevo propietario de su fábrica de chocolate, porque para ello debe renunciar a su familia. Su negativa conmociona tanto a Wonka que este termina en terapia, concluyendo que debe reavivar el vínculo con su padre separado (un dentista que le prohíbe comer dulces), lo cual hace con la ayuda de Charlie. 

La delicada y a menudo conflictiva relación padre-hijo es un tema recurrente en las películas de Tim Burton, por lo que no es sorprendente que un mensaje en el que la familia es primordial incluya esta lectura adicional.

Al final, Charlie consigue una fábrica de chocolate, pero Willy Wonka consigue una familia. 

"Wonka" (2023)


Aunque concebida como una precuela independiente de "Charlie y la fábrica de chocolate", la historia de esta película se basa en los personajes del libro y conserva la extravagancia del material original, mezclado con elementos de las películas anteriores para entregar una visión completamente nueva de la historia y sus personajes.

Pues, si la versión de 1971 se centra en las peliculiaridades de Willy Wonka, y la versión de Burton acentúa el ambiente de misterio de la historia, la versión de Paul King se centra en sus aspectos benignos y dulces (incluso en los títulos de apertura, se describe como un "confite" del director).

En esta película, Willy Wonka es un joven empresario listo para comenzar su compañía de chocolate, una aventura en la que se encontrará con enemigos y dificultades inesperadas, pero también amigos y aliados. 

Su apariencia se refiere directamente a la película de 1971, aunque ligeramente raída para denotar sus orígenes humildes: un estropeado sombrero de copa color chocolate, abrigo de terciopelo color magenta, pantalones de color arena, un bastón de caminar con mango dorado y botas de viaje desgastadas. 

Los brillantes ojos y el comportamiento juvenil de Timothée Chalamet resaltan el carácter lúdico e inventivo de Willy. También se declara un poco mago e inventor, explicando así la naturaleza de sus creaciones fantásticas. 

Y si la película de Burton hacía alusión al padre de Willy, Paul King rescata a la figura materna como motor fundamental en los sueños y aspiraciones de Willy Wonka. 

En línea con las sensibilidades actuales, la película también incorpora un elenco racialmente diverso (algo no visto antes), con el telón de fondo de una ciudad europea ficticia en la década de 1930.

Además de De Rapiña, Milo Robo, y Hurto -que solo se mencionan en el libro- Willy Wonka y los Oompa-Loompa son los únicos personajes de la fuente original que aparecen en esta película.

El delicado tema de la esclavitud de los Oompa-Loompas es rescatado y reformado en la forma de la lavandería de Fregoso y Lejía, en la que Willy Wonka y otros desafortunados personajes son engañados para trabajar.

Al ser una precuela, Charlie y su familia no aparecen, pero la película presenta a "Noodle", una niña huérfana que vive en la lavandería, un personaje que proporciona a la película un giro interesante. 

Como reveló la esposa de Dahl después de la muerte del autor, Roald siempre había querido que "Charlie" fuera un niño negro, una idea que fue rechazada por el editor en ese momento, pero que fue hábilmente rescatada para esta versión cinematográfica. 


También, en respuesta al llamado de Dahl en favor de la lectura manifestado en el libro original, Noodle se describe como un ratón de biblioteca que enseña Willy a leer, y cuya madre es una bibliotecaria que vive en una biblioteca (la Radcliffe Camera en Oxford).

Los Oompa-Loompas conservan el aspecto concebido para la película de 1971, así como su canción original, pero el uso de un CGI en lugar de actores reales, y la caracterización con matices aristocráticos de Hugh Grant proporcionan a este Oompa-Loompa una elegancia bien alejada de la fuente original.

Al igual que las películas anteriores, "Wonka" incluye números musicales intercalados entre la acción, que acentúan los eventos retratados sin convertirlo en un musical de larga duración. 

Junto con nuevas canciones y una banda sonora completa, dos canciones de la película de 1971 se repiten en esta película, con pequeños cambios en el arreglo: la canción de los Oompa-Loompa y "Pure Imagination". 

Extendiendo los dulces imaginados por Dahl en su libro (como helado caliente para los días fríos, bebidas efervescentes, papel pintado lamible, etc.), esta película presenta una nueva variedad de fantásticos confites, como los 'flotochocs' y los 'macarrones de leche de jirafa', junto con otros directamente inspirados en los dulces de Dahl (como el 'Eclair reparador de cabello', basado en el 'toffee de cabello' del libro), los cuales introducen elementos de diversión y fantasía en la historia.

De igual forma, continuando con los sutiles mensajes moralizantes de Dahl, la película apunta a la codicia, la gula, la discriminación y la corrupción, pero esta vez solo los adultos son culpables de estas faltas, y cada uno recibe su merecido (y gracioso) castigo. 

Los mensajes finales -el poder de los sueños, la importancia de la familia y el compartir- continúan el legado iniciado por Roald Dahl en sus libros, y la película termina en una nota feliz con una visión de la futura fábrica de Willy Wonka y las maravillas que traerá.


Cada obra de creación y posterior adaptación refleja la visión de su creador, pero también las opiniones de cada generación, y en el caso de "Charlie y la Fábrica de Chocolate" ésto no es una excepción. 

Desde el libro original hasta la última película de la franquicia, cada una de estas creaciones refleja las convenciones sociales actuales de lo que se debe enseñar a los niños, los valores que deben aprender y el tipo de material al que pueden estar expuestos o no.

Sin embargo, éste aniversario es un buen momento para leer de nuevo - ¡o por primera vez! - éste querido clásico, y llegar a nuestras propias conclusiones, recordando que la fantasía y la imaginación del mundo de los niños tiene el derecho a permanecer intocado y libre de las interpretaciones, preocupaciones y opiniones de los adultos.

Para Saber Más...

* ¿Quieren conocer más acerca de Roald Dahl y sus obras? Entonces visiten su página web:

* ¿Quieren conocer la historia del primer borrador de Roald Dahl de "Charlie y la Fábrica de Chocolate"? Lean este interesante artículo del New York Times (en inglés):

Fuentes: “Charlie y la Fábrica de Chocolate” por Roald Dahl, Penguin Books, IMDB, Booknotions, The Guardian, Wikipedia, New York Times. 





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