Purita Campos y Su Mundo


El mundo de los cómics ha estado tradicionalmente dominado por los hombres, pero de vez en cuando un talento femenino emerge con un brillo propio e inigualable, distinguiéndola de entre sus pares - ése es el caso de Purita Campos. 

Considerada como una de las autoras de cómics más leídas y reconocidas a nivel mundial, Purita (diminutivo de Purificación) Campos forjó su carrera a punta de puro esfuerzo y dedicación, en una época en que las fotocopias y el fax eran la tecnología más avanzada, e incluso la impresión a color era poco frecuente. 

Sin embargo, a pesar de su éxito, Purita nunca tuvo la intención de dedicarse a los cómics.

De variados talentos artísticos, desde pequeña Purita se interesó en el canto y el baile, amenizando las reuniones familiares, lo cual la llevó a intentar convertirse en actriz. Pero la vida nocturna de los actores no era bien vista por su familia, y Purita tuvo que renunciar a ella.

De madre modista, Purita visitaba su atelier después de clases, y con ella aprendió a crear patrones y dibujos de moda. 

A finales de los años 50, Purita siguió estudios de arte en la Escuela Llotja de Barcelona, y al graduarse decidió emprender una carrera como diseñadora de modas.

Es en esa época cuando su hermano hace contacto con el célebre historietista Manuel Vázquez y le dice que el ilustrador la ha citado al día siguiente para un posible trabajo en la editorial Bruguera. Purita fue a la cita sólo para encontrarse que Vázquez casi nunca visitaba las oficinas de la editorial. 

Sin embargo, el guionista Víctor Mora (creador de “Capitán Trueno”) revisó su portafolio de trabajos y le propuso comenzar a colaborar en la editorial haciendo dibujos menores. Esto luego le llevó a trabajar como dibujante de portadas para revistas como “Sissi”, “Dalia”, “Blanca” y “Celia”.

Luego de casi una década trabajando de esta forma, en 1971 Purita recibió una comisión que cambiaría su vida para siempre.


Conocedora de su trabajo, la agencia Creaciones Editoriales escogió a Purita para realizar los dibujos de un nuevo cómics ambientado en Inglaterra, “Patty’s World”. Purita aceptó la comisión, pensando que tendría trabajo estable por un año - que luego se conviertieron en veinte. 

Nacida en medio de las revoluciones culturales de finales de los años 60, “Esther y su mundo” (como se conoció en España y el resto del mercado hispanoparlante) reflejó muchas de las preocupaciones de los jóvenes de la época. 

Temas considerados ‘tabú’ durante la época de Franco en España (tales como el divorcio, el feminismo, el aborto, etc.), fueron abordados en “Esther” sin censura gracias a que la revista se editaba mayormente en Inglaterra, y al ser una revista infantil no se consideraba de cuidado.

El guión, escrito por el británico Philip Douglas, era franco y accesible para su audiencia, y el diseño dinámico y liberal de las páginas le impartían un carácter fresco y moderno. 


Narrado en primera persona, las historias de Esther siempre empezaban como relatos íntimos, semejantes a las entradas de un diario de adolescente, contando los avatares de la vida de la joven y su entorno de amigos y familia.

A pesar de ser un cómic para chicas, su popularidad entre el público joven era tal que incluso los chicos se robaban las revistas de sus hermanas y las leían en secreto, como más tarde se lo confesaron a la misma Purita.

El estilo de dibujo vibrante de Purita Campos, inclinado hacia la moda y las tendencias juveniles, fue el complemento perfecto para éstas historias juveniles, logrando capturar la inmaginación de millones de adolescentes en todo el mundo y catapultándola al estrellato de los cómics.

En una época previa a internet en que incluso las películas y programas televisivos juveniles eran escasos, las revistas eras la principal fuente de recreación e información de la juventud. En su momento de mayor éxito, “Esther y su mundo” llegó a tener un tiraje de casi medio millón de copias al mes.

Sin embargo, Purita trabajó en condiciones que hoy en día escandalizarían a cualquier artista.

Como muchos otros dibujantes de esa época, Purita trabajó para Bruguera sin un contrato escrito, cediendo así sin saberlo sus derechos de autor. Al entregar los dibujos terminados, la editorial los destruía luego de ser copiados, para que no puediesen ser reutilizados. 

Por esta razón, existen muy pocos artes originales de ésa epoca, y la mayoría en manos de coleccionistas independientes. ¡La propia Purita debió comprar algunos de sus propios artes para tenerlos de vuelta! 

Además, a pesar del éxito global de ventas de “Esther y su mundo”, Purita no recibió ningún pago extra por concepto de royalties.

Aunado a su trabajo para "Esther", Purita también realizó los dibujos para varias otras series de cómics femeninos publicados a nivel internacional, tales como "Lily" (1974), "Tina" (1975), "Gina" (1978), "Jana" (1983), y "Pecosa" (1986). También ilustró versiones en cómics de "Heidi" (1973) y colaboró con otras revistas especializadas en cómics y tebeos. 



En 1986, la editorial Bruguera quebró. A pesar de ésto, Purita continuó creando a “Esther” un año más para la revista Pecosa de la editorial MC, pero en 1988 ésta también cerró. Es entonces cuando Purita decidió cambiar por completo de rumbo.

Durante un tiempo, Purita abrió un atelier de arte en Barcelona, donde se dedicó a pintar y dictar cursos y talleres de dibujo y pintura para el público en general, además de organizar exposiciones de arte.

Sin embargo, el recuerdo de “Esther” continuaba vivo en la memoria colectiva.

En 2005, la editorial Glénat re-edita los cómics de “Gina”. Animados por la buena recepción del público, en 2006 le ofrecieron a Purita re-editar los cómics de Esther, ofreciéndole un contrato y reconociendo sus derechos como co-autora del personaje. 

Es así como Purita decidió revivir a “Esther” en dos flancos paralelos: una versión novelada moderna, con una Esther adulta, y la re-edición de los cómics.

Sin embargo, para ésto último, Purita debió restaurar gran parte de las viñetas originales debido a que éstas estaban en muy mal estado o habían sido destruidas por la editorial.


Nuevamente el éxito acompañó a este lanzamiento, el cual no sólo apuntó a la nostalgia de sus fieles lectores, ya mayores, sino también a una nueva generación de adolescentes que encontró en Esther un eco amigable a sus propias vivencias e inquietudes.

Fiel a su espíritu, “Esther” no solo retrata a la época actual sino también a las inquietudes universales de la juventud de todos los tiempos. Por ello, aún hoy en día sus temas y su visión se mantienen frescos y actuales.

Purita recibió en 2004 el Premio Haxtur a la Autora que Amamos en el Salón Internacional del Cómic del Principado de Asturias; en 2009 recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, uno de los reconocimientos mas altos en España, y en 2013 recibió el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona. 

Incluso una calle del municipio madrileño de Getafe fue nombrada en su honor, aunque tristemente la falta de presupuesto terminó por borrarla del mapa.

Autorretrato de Purita con Esther.

En 2019, Purita Campos falleció, pero tras ella dejó un legado de obras inmortales, y recuerdos imborrables en la memoria de todos quienes siguieron semana a semana las peripecias de sus heroínas y se hicieron parte de su mundo alegre, colorido y juvenil.


Retrato de la portada: Guillem Medina, Wikimedia Commons

Fuentes: Jotdown.com, Wikipedia, AH Magazine, Tebeosfera


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