12 Acciones Simples Para Ayudar al Planeta
Marchar por el medio ambiente y exigir acción sobre el cambio climático no es suficiente.
Aunque los gobiernos en todo el mundo necesitan impulsar medidas para controlar las emisiones de dióxido de carbono y regular otras acciones en favor del medio ambiente, el conglomerado de las acciones tomadas por la comunidad representa el cambio mas inmediato y en definitiva el mas permanente.
Aún mejor - no es necesario gastar enormes cantidades o hacer alteraciones drásticas en tu modo de vida para hacer contribuciones valiosas al resguardo del planeta.
He aquí 12 acciones fáciles y gratuitas que puedes hacer desde ahora para ayudar en esta cruzada vital. Estas no sólo ayudan al medio ambiente, sino que también pueden ayudar a tu salud y a tu bolsillo, todas ellas buenas razones para empezar a implementarlas de inmediato.
No podemos repetirlo lo suficiente - simplemente evita el uso de plásticos.
Desafortunadamente, los plásticos han estado con nosotros por tanto tiempo, en tantas formas y en tantos productos de uso cotidiano que es casi imposible eliminarlos por completo, particularmente en situaciones cuando son necesarios por razones de salud o sanitarias.
Sin embargo, tú puedes ayudar a reducir su número al tomar una decisión consciente de eliminar de tu vida de forma permanente los plásticos desechables: pajillas para bebidas, cucharas, tenedores, platos, vasos, bolsas, celofán, envoltorios plásticos, contenedores de comida, bandejas para alimentos preparados, Q-tips, etc.
Cuando empezamos a notar cuánto plástico superfluo tenemos a nuestro alrededor - en empaques, en artefactos que perfectamente podrían ser de otro material más sustentable - tomamos conciencia de los cambios que podemos hacer en nuestro consumo.
Algunos países ya han establecido leyes estrictas prohibiendo éstos productos en el mercado. Si este no es el caso donde tu vives, toma la iniciativa y evita usarlos.
Finalmente, si no tienes más alternativa, trata de darles un uso adicional a los productos de plástico en vez de desecharlos de manera inmediata. Por ejemplo, lava y reusa los cubiertos de plástico para usar en la oficina, en viajes, picnics, etc.
También, ten cuidado con los ‘plásticos escondidos’, como los usados en calzado y vestuario. En cambio, prefiere las telas naturales, tales como el algodón, el lino y lana.
Cada día, cada persona en el mundo produce alrededor de 10 kilos de basura. Eso es 70 kilos por semana, 280 kilos al mes y unos increíbles 11.740 kilos al año por persona.
La mayoría de éstos desechos toman siglos en descomponerse. Por ello es evidente que necesitamos reducir nuestra tasa de consumo de forma de reducir nuestros desechos. Nuestros días de consumismo despreocupado se acabaron. Pero, ¿Cómo cambiamos esto?
La mejor manera de reducir los desechos es no producirlos.
La mayoría de nosotros compramos por impulso - porque algo está en rebaja, porque se nos antoja, porque podríamos necesitarlo en el futuro, o simplemente porque nos gusta. Antes de que nos demos cuenta, acumulamos montones de cosas que no usamos, no necesitamos ni queremos.
Piensa antes de comprar. Evita comprar cosas por impulso, especialmente baratijas y cosas pequeñas e innecesarias que no vas a querer o usar después de un uso.
Antes de comprar algo, pregúntate ¿Lo usarás todavía en dos años? ¿O lo tirarás la próxima semana? ¿Es algo que realmente necesitas? ¿O ya tienes algo en casa que sirve igual? ¿Estás comprando por impulso o por necesidad?
Siempre que puedas, compra productos reusables, no desechables, y opta por aquellos con la menor cantidad de empaque y transporte, hecho con los materiales más sustentables.
Si ya tienes muchos objetos que no quieres o necesitas, planea una venta de garage. O también puedes donarlos a tiendas de caridad tales como Goodwill , Oxfam o Coaniquem - de esa forma estarás haciendo un bien doble: por aquellos que lo necesitan y para con el planeta.
El empaque con frecuencia es utilizado como una estrategia de mercado para atraer clientes. En verdad, a todos nos encantan los empaques que parecen cofres de tesoro o regalos maravillosos - la presentación del producto es una parte fundamental de su imágen de mercadeo.
Pero el consumidor conciente no caerá en esta trampa. Ellos saben que mientras menos empaque, habrá menos desecho; y menos desecho es mejor para el planeta.
El consumidor conciente también sabe que, sólo porque un empaque está hecho de cartón o cartulina, no significa que es amigable con el ambiente - el papel, cartón y cartulina plastificados no son reciclables y toman el mismo tiempo en descomponerse que el plástico común. Si tienes dudas, chequea que el empaque tenga el logotipo de “reciclable”.
Las tiendas de Cero Desecho (Zero Waste), una tendencia al alza, permite que los clientes lleven sus propios contenedores para comprar su comida, evitando así por completo el empaque de los productos individuales. Lo cual es exactamente cómo la gente solía comprar antes de que el ‘progreso’ introdujera crecientes formas de empaque.
Si este tipo de tiendas no están disponibles en tu área, trata de comprar los productos con el empaque más simple y sostenible.
Aún mejor, prefiere productos sin empaque (tales como frutas y vegetales sueltos), y si están empacados, prefiere aquellos que vengan en contenedores amigables con el medio ambiente, tales como vidrio y cartón/papel reciclable.
4.- Cambia Tus Hábitos Alimenticios
¿Sabías que puedes ayudar al planeta cambiando lo que comes?
De acuerdo a estudios recientes, el ganado (la fuente de la mayoría de la carne, productos lácteos o cuero que consumimos) ocupa un 70% de la tierra para labrado disponible, lo cual representa un increíble 30% de la tierra disponible en el planeta, y produce 18% de los gases de invernadero, tales como metano y óxido nitroso. A pesar de esta ambientalmente costosa producción, se requieren 7 kilos de grano y miles de litros de agua potable para producir un solo kilo de carne.
Lo que es peor - nuestro ritmo de consumo de estos productos significa que estos aterradores números solo se incrementarán con los años, dañando aún más a nuestro planeta, si no cambiamos nuestros hábitos alimenticios ahora.
He aquí algunas recomendaciones simples:
- Come menos carne (vacuno, cerdo, aves) y menos productos lácteos. En cambio, prefiere la proteína vegetal, tales como las disponibles en legumbres, algas y tofu, la cual es igualmente nutritiva y también mejor para tu salud general.
- Reduce Tu Consumo de Azúcar - Nuestra creciente adicción al azúcar es la causa de la deforestación masiva y de la pérdida de vida salvaje en el mundo entero. Peor aún: el azúcar, en sus muchas formas, está escondida en muchos productos que no consideramos ‘dulces’, tales como aderezos para ensaladas, panes y salsas, por lo que no siempre es fácil reducir su consumo. Una pista : por lo general, los alimentos procesados contienen azúcar. Corta tu consumo de azúcar de manera progresiva y no sólo estarás ayudando al medio ambiente sino también verás cómo tu salud también mejora.
- Come las frutas locales de la estación. Si puedes, ve a un mercado local o, si tienes talento para la jardinería, haz un jardín de vegetales propio.
- Sé consciente de los alimentos que seleccionas. Algunos productos ‘saludables’ tales como los aguacates (paltas), la soja, quinoa y el cacao en realidad causan un enorme impacto negativo en el medio ambiente. Por ejemplo, los aguacates requieren enormes cantidades de agua, lo cual termina por secar ríos y pozos, y los agricultores causan deforestaciones masivas de manera de hacer espacio para estos lucrativos cultivos. Si necesitas comprar estos productos, asegúrate que provienen de fuentes certificadas como sustentables y amigables con el medio ambiente.
Hace algún tiempo, comprar un objeto con la marca ‘Hecho en...’ era algo exótico, a veces teñido con la expectativa de que fuése de calidad superior. Hoy en día, la mayoría de nuestros productos estan hechos en lugares lejanos . De hecho, ya no lo notamos ni nos importa - y sin embargo, debería.
Desde un punto de vista puramente ambientalista, comprar productos producidos localmente significa un menor impacto a los recursos del planeta. Irónicamente, puede que no siempre sea la alternativa más barata, pero para aquellos preocupados con el bienestar del planeta - y el bienestar de sus comunidades - es un precio que bien vale la pena pagar.
En cuanto a la calidad, salvo pocas excepciones, los productores en la mayoría de los países han desarrollado estándares de producción competitivos para asegurar que sus productos puedan igualar o incluso superar aquellos de los productores foráneos.
Al comprar productos locales ayudas a la reducción de la huella de carbono, ayudas a las industrias locales y a la economía local, todo lo cual se traduce en un incremento en el número de empleos y en apoyar la sustentabilidad global.
Si quieres hacer aún más, chequea cuáles son tus tiendas B Corp locales y apóyalas - de esta forma estarás contribuyendo a la economía local, el medio ambiente, una mejor sociedad y las causas que estas tiendas apoyan.
Es el aceite vegetal milagroso que se encuentra en casi todos los productos, desde lápiz labial hasta el helado, y una de las razones de la deforestación masiva en el planeta.
La víctima principal de las plantaciones de árbol de palma es el orangután. Los bosques donde vive este primate - su único hábitat en el mundo - están siendo arrasados para ser ocupados por plantaciones de árbol de palma de forma de satisfacer el consumo voraz de éste aceite.
Trágicamente, el aceite de palma ha estado en el mercado durante décadas como un aceite vegetal barato y versátil, insertado en un sinnúmero de productos, comestibles o no. De hecho, casi no existe ningún tentempié o producto cosmético que no contenga éste ingrediente en alguna de sus muchas formas.
Aunque a este punto es casi imposible evitar productos que contengan aceite de palma, tú puedes reducir su uso identificando los productos que lo contienen y cambiando a alternativas que no contengan este ingrediente.
Algunos productos, tales como las galletas Biscoff, usan aceite de palma de fuentes certificadas como sustentables, lo cual otorga algo de alivio al consumidor. Pero la mejor opción es evitar su uso por completo.
Como dato: normalmente, los productos certificados como orgánicos (cosméticos, agentes limpiadores, etc.) no contienen aceite de palma.
Prefiere éstos productos y ayuda a salvar los bosques y la vida salvaje.
Pocas cosas dan más satisfacción que plantar una semilla y verla crecer, una experiencia que la mayoría de nosotros tiene en la niñez, pero que después olvidamos con el tiempo.
Plantar un árbol, o siquiera tener un jardín pequeño, puede ser una experiencia verdaderamente gratificante y además desestresante.
Y sin embargo, plantar un árbol es más que simplemente plantar una semilla - significa cuidarlo regularmente para que se desarrolle en un árbol sano y joven.
¿No tienes un jardín? ¿No tienes talento para las plantas? Incluso esas no son excusas. Tú puedes aunarte a proyectos de reforestación, tales como Reforestemos , en el cual, a cambio de una pequeña donación, puedes seleccionar un árbol a plantar y un equipo de expertos lo plantarán y cuidarán por tí - pero también puedes seguir su desarrollo vía satélite.
También puedes apadrinar un árbol o, simplemente, adoptar a un árbol de tu comunidad y cuidarlo como propio.
Además, puedes hacer tus búsquedas en internet a través de Ecosia , un sitio web que entrega la mayor parte de sus ganancias a esfuerzos de reforestación alrededor del mundo.
La idea es mantener y aumentar el verde en el planeta y prevenir su acelerada disaparación.
La industria textil está entre una de las más contaminantes en el mundo.
Para producir un solo par de jeans se requiren 10.000 litros de agua, y no es secreto que la industria textil utiliza dañinos tintes tóxicos que contaminan los ríos, matan los suelos y causan enfermedades incurables en los trabajadores textiles y aquellos que entran en contacto con estos agentes - a veces incluso los usuarios.
Añade a esto la masiva huella de carbono dejada por la industria textil debido al largo viaje desde las fuentes de producción y confección hasta los mercados finales, y tendrás una idea del escandaloso costo ambiental de cada una de las piezas de vestir que usamos.
¿Cómo ayudar? No seas una víctima de la moda - compra sólo la ropa que necesitas y vas a usar.
Si puedes, opta por telas orgánicas y textiles producidos localmente - esto también ayudará a prevenir problemas sociales tales como los sweat shops y el tráfico humano, además de reducir tu huella de carbono.
También lee las etiquetas de cada prenda que compres, especialmente si estas incluyen ‘pieles’ dado que éstas pueden provenir de verdaderos animales sacrificados cruelmente en aras de la moda.
Iniciativas de vestuario altamente sostenible, tales como Pure Waste, Globe Hope y Relooping Fashion, incluso han implementado textiles hechos con materiales y fibras recicladas de manera de reducir el consumo de nuevos materiales.
Para aquellos que quieran ir más allá, compra ropa de segunda mano : encontrarás que muchas de éstas prendas han sido recientemente donadas por las tiendas, sin usar. Así ahorrarás y ayudarás al planeta, todo en uno.
El agua potable limpia es el recurso más precioso en el planeta, absolutamente esencial para la vida, y uno que está desapareciendo rápidamente debido a la sequía, la deforestación, el cambio climático y la contaminación.
Y sin embargo, rara vez prestamos atención a cuánto de este precioso líquido usamos a diario.
Yo aprendí cuando, durante un corte de luz, nuestro servicio de agua fue suspendido por dos días y tuve que depender del agua embotellada. Solo entonces me dí cuenta que estaba usando agua para casi todas las actividades en mi casa, en mayor cantidad que mis verdaderas necesidades.
Siempre había pensado que usaba el agua de manera consciente porque nunca dejaba el agua corriendo y porque estaba pendiente de las filtraciones; pero esta experiencia me hizo comprender que, aunque esto es una buena práctica, no es suficiente - particularmente ahora.
Necesitamos aprender a usar el agua de maner más eficiente, sólo cuando realmente la necesitemos, y siempre en cantidades proporcionales al uso que le damos.
La sequía es un asunto serio, probablemente la peor amenaza que enfrenta el mundo hoy en día. Así pues, ser conscientes de nuestro consumo de agua - y desperdicio de agua - es absolutamente esencial para nuestra sobrevivencia.
Pequeñas acciones simples, tales como cerrar la llave mientras te cepillas los dientes o te enjabonas en la ducha, pueden ahorrar docenas de litros de agua al día. Esto significan miles de litros al año, contando una sola persona.
Algunos países incluso han lanzado campañas para ducharse en 5 minutos o menos, de manera de reducir el consumo de agua a un minimo saludable.
Si consideras que esta es una medida exagerada, puede que necesites reconsiderar tu comprensión de este recurso vital.
Después de todo, cada gota de agua que usamos es una gota que no volveremos a ver.
Reducir tu consumo de agua no sólo bajará tus cuentas sino que también reducirá el desperdicio de agua potable en el planeta, ayudando así a preservar este vital mineral para nuestro uso futuro.
Tal como el agua, la electricidad es un servicio tan común que a veces olvidamos el costo ambiental que acarrea el generarla.
De hecho, producir un solo kilovatio-hora genera 760 gramos de dióxido de carbono de emisiones de combustibles fósiles, tales como lignito, carbón y aceite. Algo a recordar cuando se considera los automóviles eléctricos como una alternativa ‘verde’ a los automóviles convencionales.
En vista a los desafíos ambientales a los que nos enfrentamos, muchas comunidades han tomado acciones activas para generar electricidad limpia a través de paneles solares o molinos. Pero hasta que estas opciones sean la norma y no la execpción, debemos tratar de regular nuestro consumo energético al mínimo.
- Cambia tus ampolletas (bombillos) por ampolletas de energía eficiente, y compra artefactos eléctricos de energía eficiente (Green Star), lo cual reducirá tu consumo de electricidad.
- Cuando no estén en uso por períodos largos, desenchufa tus artefactos eléctricos - incluso cuando están apagados, éstos siguen chupando energía si siguen enchufados.
- Abre el refrigerador sólo cuando lo necesites y por períodos cortos, y cuando no los estés usando, apaga la luz y los artefactos eléctricos (televisión, radio, computador, etc.)
Por último, la energía también incluye todos tus equipos que funcionan con baterías, desde tu reloj pulsera pasando por tu celular al laptop.
Puede que pienses que tu iBook está salvando árboles porque no está usando papel, pero también debes considerar las baterías - éstas terminarán eventualmente en un vertedero y tomarán miles de años en descomponerse, envenenando la tierra y las napas de agua subterránea durante este largo proceso.
Las pilas y baterías en descomposición de nuestros actuales aparatos digitales puede que se conviertan en el ‘problema plástico’ del futuro. Depende de nosotros prevenir esto.
Si las usas, recuerda depositar tus pilas y baterías usadas en los contenedores específicamente dispuestos para ello. Descartar tus pilas y baterias junto con la basura común supone un alto riesgo de contaminación para el medio ambiente.
Lo que usas en tu casa para limpiar puede estar matando no sólo bacterias sino tambien puede estar contribuyendo al aumento de contaminantes dañinos en el ambiente - y pueden estar escondidos incluso en el jabón que usas a diario.
El cloro es uno de los agentes limpiadores más comunes que se hallan en cualquier hogar, y una de las pricipales causas de envenenamiento de las aguas y la exterminación de la vida silvestre. A diferencia de otros contaminantes, el cloro no puede ser tratado por completo o eliminado de las aguas servidas, por lo que su toxicidad permanece intacta al llegar a los mares.
Si necesitas usar cloro, úsalo en pequeñas cantidades - con un poquito basta.
Los limpiadores antibacteriales - contenidos en limpiadores del hogar y hasta en jabones y champús - contienen una sustancia que no solo mata las bacterias dañinas: también pueden causar ciertas formas de cáncer. Además, se ha probado que los niños que crecen en ambientes excesivamente limpios desarrollan alergias, simplemente porque nunca han tenido la oportunidad de desarrollar anticuerpos contra las bacterias.
Tener un poco de bacterias alrededor es necesario y normal para nuestro organismo, así pues trata de no sobreutilizar productos que contengan antibacteriales.
También, si es posible, elimina el uso de sprays: pesticidas, plaguicidas, odorizantes, etc. Los sprays descargan una cantidad incontrolada de químicos en el aire, los cuales pueden quedar suspendidos, viajar a otros lugares y dejar trazas tóxicas que terminan por contaminar el agua potable, envenenar los suelos, matar insectos benéficos como las abejas, etc.
Incluso perfumes en spray como Glade se han involucrado con ciertos tipos de cáncer.
Hazle un favor a planeta y a tí misma/o : restringe lo más posible el uso de sprays y químicos en tu hogar.
Aunque muy recomendado en la mayoría de las campañas ecológicas, el reciclaje ha probado ser de poca ayuda cuando las medidas ya explicadas no han sido tomadas, por lo cual es la última recomendación en nuestra lista.
Igualmente, últimamente se ha descubierto que a veces la basura enviada al extranjero para ser reciclada ha terminado en botaderos comunes, sin el proceso de reciclaje que se suponía que tendrían.
Si has seguido los consejos anteriores, probablemente tendrás poca basura; pero si aún te queda, trata de reciclar lo más que puedas de ella.
En muchos hogares tienen cubetas separadas para organizar los articulos a reciclar en cuanto se desechan, y de esta forma los tienen listos para llevarlos al centro de reciclaje mas cercano.
Las mentes creativas también pueden reusar elementos de desecho en la creación de nuevos productos: muebles, vestuario, potes para plantas, marcos de fotos, decoraciones, etc.
Si reusas elementos, recuerda que el plástico es un material que es mejor reusar íntegro (o no usar del todo) antes que reciclar en otros objetos, simplemente porque al descomponerse genera microplástico que continúa la cadena de contaminación al medio ambiente.
La forma más segura de lidiar con el plástico es sacarlo de la cadena por completo.
Ayudar a restaurar el balance natural del planeta a través de nuestras acciones es tan simple como usar un poquito de sentido común. Tal vez incluso retomar el modo de vida sencillo de nuestros antepasados, quienes vivían vidas de mayor armonía con el medio ambiente.
Mas allá de cualquier protesta o marcha por la ecología, son nuestras acciones sostenidas durante el tiempo las cuales ayudarán a revertir las acciones adversas que hemos impuesto a nuestro planeta por demasiado tiempo.
Cada pequeña acción cuenta, y está en nuestra manos hacer el cambio.
Cada uno de nosotros, a través de nuestras acciones diarias, hace el mundo en que vivimos. ¿Qué mundo ayudarás tú a crear?
Fuentes: The World Bank, OECD/NEA, The David Suzuki Foundation, WWF, Worldatlas.com
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