Takeo Watanabe - La Música de los Sueños
Aunque fue el genio creador detrás de la música más de sesenta producciones, entre ellas algunos de los animes más exitosos en la historia, poco se sabe acerca de él, uno de los compositores japoneses modernos más reconocibles por las audiencias en todo el mundo.
Takeo Watanabe nació en Tokio en 1933. El hijo mayor del músico y compositor Urahito Watanabe, Takeo se graduó con un título de Economía de la Universidad Musashino en Tokio.
Sin embargo, poco después de su graduación, viajó a París, a estudiar en la Schola Cantorum, donde se especializó en música clásica.
A su retorno a Japón a finales de la década de 1950, trabajó brevemente en Radio Tokio antes de advocarse por completo al trabajo de composición. Su primera comisión llegó en 1960 para crear la música para el drama "Tomei Tengu", la cual fue seguida por varias otras películas históricas y de acción.
A su retorno a Japón a finales de la década de 1950, trabajó brevemente en Radio Tokio antes de advocarse por completo al trabajo de composición. Su primera comisión llegó en 1960 para crear la música para el drama "Tomei Tengu", la cual fue seguida por varias otras películas históricas y de acción.
Pero fue en los Estudios Toei, a donde ingresó a finales de los años 60, donde Watanabe conocería sus más grandes éxitos.
Desde el comienzo, su particular estilo musical cautivó al público objetivo y pareció complementar perfectamente las imágenes en la pantalla. Su primera comisión de anime, la serie sobre béisbol "La Estrella de Los Gigantes"(1968), fue seguida por un anime sobre voleibol, "Attack #1" (1969).
"Cutie Honey" (1973) seguida de "Heidi" (1974), "Candy Candy" (1976) y "Remi" (1977) ayudaron a establecer su fama como compositor para anime.
Desde el comienzo, su particular estilo musical cautivó al público objetivo y pareció complementar perfectamente las imágenes en la pantalla. Su primera comisión de anime, la serie sobre béisbol "La Estrella de Los Gigantes"(1968), fue seguida por un anime sobre voleibol, "Attack #1" (1969).
"Cutie Honey" (1973) seguida de "Heidi" (1974), "Candy Candy" (1976) y "Remi" (1977) ayudaron a establecer su fama como compositor para anime.
En ésta época, la animación japonesa experimentaba una era dorada, rompiendo los límites del Japón y siendo exportado a todo el mundo, y no es muy arriesgado decir que la cautivadora música de Watanabe contribuyó al éxito de cada una de estas series.
En la mayoría de sus composiciones, Watanabe favorecía una fuerte sección de cuerdas (conformada por mandolinas, violines, arpa, guitarras acústica y eléctrica), una sección de vientos (flautas, trompetas, oboes y clarinete), percusión (una batería completa, campanas, xilófono, etc.), piano, órgano eléctrico y a veces celesta.
Watanabe también usaba ‘instrumentos invitados’ para reflejar mejor un ambiente o carácter particular de la historia. Por ejemplo, en "Heidi" usa el acordeón y canto tirolés para evocar los Alpes suizos, mientras que en "Candy Candy" usa el clavicordio para dar un aire clásico, y las gaitas escocesas y la armónica para identificar a los personajes de ‘el Príncipe de la Colina’ y ‘Terry’, respectivamente.
Aunque Watanabe usaba mayormente instrumentos tradicionales en sus orquestaciones, con frecuencia incluía instrumentos modernos (tales como guitarras eléctricas y sintetizadores) así como ritmos pop - probablemente buscando cautivar al público joven consumidor de series animadas - , lo cual a su vez las ha encapsulado en la época particular de su composición.
Aunque creó partituras para una variedad de temas (historias de acción, de detectives, dramas históricos japonenses, etc.) el verdadero talento de Watanabe estaba en crear melodías dulces y sentimentales. Aunque algunas de ellas pueden sonar excesivamente sentimental y sacarinas, otras estan cargadas de una emoción tan genuina que no fallan en tocar el corazón de sus oyentes.
"Naturaleza Espléndida", de la banda sonora de "Candy Candy", es otro buen ejemplo del talento de Watanabe para pintar paisajes musicales con una increíble economía de recursos, y de crear atmósferas através de una orquestación magistral.
Sin embargo, aún cuando su fuerte eran las emociones sutiles y profundas, Watanabe también podía colorear la pantalla con tonos oscuros de intenso misterio y acción. Su partitura para "Licence of Ruthless", por ejemplo, está cargada con tonos intensos y oscuros, y captura a la perfección la esencia de una historia de espías en los años 70.
En esta misma línea, sus partituras para "Mobile Suit Gundam" son puro anime robótico al mejor estilo japonés, uniendo una fuerte percusión e imponentes secciones de metales, acentuado por cuerdas cargadas de tensión y oscuro presagio.
Entre muchas otras series de anime, Watanabe compuso las bandas sonoras de "Mako La Sirena", "La Brujita Meg", "Un Perro de Flandes", "Mujercitas", "Georgie", "Daitan" and "Serendipity".
A principios de la década de 1980, Joe Hisaishi (Mamoru Fujisawa) colaboró con Watanabe para las bandas sonoras de las películas "Mobile Suit Gundam" 2 y 3, y "Sandybell".
En la mayoría de sus composiciones, Watanabe favorecía una fuerte sección de cuerdas (conformada por mandolinas, violines, arpa, guitarras acústica y eléctrica), una sección de vientos (flautas, trompetas, oboes y clarinete), percusión (una batería completa, campanas, xilófono, etc.), piano, órgano eléctrico y a veces celesta.
Watanabe también usaba ‘instrumentos invitados’ para reflejar mejor un ambiente o carácter particular de la historia. Por ejemplo, en "Heidi" usa el acordeón y canto tirolés para evocar los Alpes suizos, mientras que en "Candy Candy" usa el clavicordio para dar un aire clásico, y las gaitas escocesas y la armónica para identificar a los personajes de ‘el Príncipe de la Colina’ y ‘Terry’, respectivamente.
Oshiete (La canción de Heidi) (2:35")
Aunque creó partituras para una variedad de temas (historias de acción, de detectives, dramas históricos japonenses, etc.) el verdadero talento de Watanabe estaba en crear melodías dulces y sentimentales. Aunque algunas de ellas pueden sonar excesivamente sentimental y sacarinas, otras estan cargadas de una emoción tan genuina que no fallan en tocar el corazón de sus oyentes.
Tema de Heidi (1:19")
"Naturaleza Espléndida", de la banda sonora de "Candy Candy", es otro buen ejemplo del talento de Watanabe para pintar paisajes musicales con una increíble economía de recursos, y de crear atmósferas através de una orquestación magistral.
"Naturaleza Espléndida" (1:24")
https://youtu.be/1g4IR39vBVs
Aunque en general la música de Watanabe es de carácter occidental, los oyentes atentos serán capaces de notar las raíces japonesas tradicionales en sus composiciones, particularmente en su uso de la mandolina y las flautas, la preponderancia del xilófono, y el uso de armonías atonales. Y sin embargo, su música sigue siendo universal.
Con a penas unos cuantos acordes, Watanabe era capaz de pintar una amplia gama de emociones a todo nivel: miedo, sorpresa, verguenza, añoranza, desazón, esperanza, alegría, etc.
Puentes Musicales de "Candy Candy" (1:44")
Sin embargo, aún cuando su fuerte eran las emociones sutiles y profundas, Watanabe también podía colorear la pantalla con tonos oscuros de intenso misterio y acción. Su partitura para "Licence of Ruthless", por ejemplo, está cargada con tonos intensos y oscuros, y captura a la perfección la esencia de una historia de espías en los años 70.
License of Ruthless (3:03")
Entre muchas otras series de anime, Watanabe compuso las bandas sonoras de "Mako La Sirena", "La Brujita Meg", "Un Perro de Flandes", "Mujercitas", "Georgie", "Daitan" and "Serendipity".
A principios de la década de 1980, Joe Hisaishi (Mamoru Fujisawa) colaboró con Watanabe para las bandas sonoras de las películas "Mobile Suit Gundam" 2 y 3, y "Sandybell".
Aún cuando su influencia es el jazz, Hisaishi es considerado ampliamente como el heredero musical de Watanabe debido al alcance emocional de sus composiciones, y a su particular inclusión de armonías e instrumentos occidentales en sus partituras.
Takeo Watanabe trabajó incansablemente casi hasta su temprana muerte, a la edad de 59 años, debido al cáncer.
Takeo Watanabe trabajó incansablemente casi hasta su temprana muerte, a la edad de 59 años, debido al cáncer.
En sus casi treinta años de carrera como compositor, dejó un impresionante legado de bandas sonoras que incluye películas, novelas y series animadas, consolidando su importancia en un terreno altamente competitivo, e influenciando a nuevas generaciones de compositores, tanto en Japón como en el extranjero.
En 2003, su música apareció brevemente en la película "Perdidos en Tokio", exponiendo así su talento a nuevos públicos aún no familiarizados con su obra.
En el 2008 recibió la Medalla al Mérito de la Feria Internacional de Anime de Tokio. Un justo reconocimiento para un compositor que ayudó a poner música a nuestros sueños.
En 2003, su música apareció brevemente en la película "Perdidos en Tokio", exponiendo así su talento a nuevos públicos aún no familiarizados con su obra.
En el 2008 recibió la Medalla al Mérito de la Feria Internacional de Anime de Tokio. Un justo reconocimiento para un compositor que ayudó a poner música a nuestros sueños.
Sus melodías inolvidables permanecen en la mente y los corazones de una generación entera de niños que crecieron con las series animadas que ayudó a componer, y se han mantenido en el tiempo como el canon de la música para animación.
Además de componer, Takeo Watanabe también hizo algo de actuación, haciendo breves apariciones en las películas "Hakuja Komachi" (1958) y "Yokogami - Yaburino Zenkamono" (1968).
¿Sabías...?
Además de componer, Takeo Watanabe también hizo algo de actuación, haciendo breves apariciones en las películas "Hakuja Komachi" (1958) y "Yokogami - Yaburino Zenkamono" (1968).
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