La Inagotable Magia Musical de John Williams

 

Ha sido llamado el más grande compositor de música de películas en la historia del cine. De hecho, casi no hay nadie en el mundo que no pueda tararear aunque sea algunas notas del tema de “La Guerra de las Galaxias”,  “Indiana Jones”, “Superman”, o  “Harry Potter”.

Con 54 nominaciones al Oscar y 5 estatuillas ganadas, 25 premios Grammy awards, 4 Golden Globes y múltiples otros premios y distinciones, John Williams es probablemente el compositor de temas fílmicos más reconocible de todos los tiempos, y también uno de los más prolíficos.

Nacido en Queens, Nueva York, en 1932, su padre fue el notable percusionista John Francis Williams, miembro del Quinteto Raymond Scott. En 1947, la familia se mudó a Los Angeles, donde John Francis empezó a trabajar en música de películas.

Esto le permitió trabajar con algunos de los más grandes nombres en la música de Hollywood, incluyendo Bernard Herrmann - compositor de las partituras para “Citizen Kane”, “Vértigo” y “Psicósis”, entre muchas otras- , y años más tarde se convirtió en un importante contacto para la carrera de su hijo.
 
Habiendo empezado sus estudios musicales a temprana edad, John hijo cursó estudios de música en la Universidad de California en Los Angeles mientras aún estaba en la preparatoria, así como con músicos del estudio donde trabajaba su padre. También organizó un grupo de jazz estudiantil, en el que fue conocido brevemente como “Curly” Williams, para distinguirse de su padre.

En 1951, luego de graduarse de la escuela secundaria, John fue reclutado por la fuerza aérea de los Estados Unidos. Como parte de su servicio, tocó piano e instrumentos de viento, dirigió e hizo arreglos musicales, y asistió a cursos de música en la Universidad de Arizona.

La experiencia no sólo le permitió estudiar y trabajar con excelentes músicos, sino tambier probar su talento para la composición por primera vez, con la pieza “De Nada” creada en 1952 para una película promocional. 

 

 

Luego de dejar la Fuerza Aérea, John se mudó a Nueva York, para estudiar música en Juilliard, y en la Academia de Música Eastman. En su tiempo libre, trabajó como pianista de jazz en diferentes clubs en la ciudad.

Una vez graduado, y con suficiente experiencia musical, John se mudó de vuelta a Los Angeles, donde sus habilidades como pianista le ganaron un trabajo como músico de sesión en películas y televisión. Sin embargo, su amplio talento musical pronto fue descubierto y, además de sus funciones como pianista de estudio, tomó los roles de arreglista, orquestrador y compositor.

Al principio, su entrenamiento como pianista de jazz le abrieron las puertas para componer temas de comedia, realizando su primera partitura para un largometraje en 1958 para la comedia “Daddy-O”. Sin embargo, sus habilidades musicales iban más allá del jazz, y pronto se expandió hacia las películas de vaqueros y los dramas históricos.
 

Williams en el estudio de grabación de los estudios Atlantic Films, 1952

Por esta época, Williams había tenido la oportunidad de trabajar con el afamado compositor Henri Mancini. Además de tocar el solo de piano del tema de “Peter Gunn” (1959), Williams trabajó en sesiones con Mancini en grabaciones para las películas “Días de Vino y Rosas” (1962) y “Charada” (1963).

Para entonces, John Williams se estaba convirtiendo rápidamente en un nombre surgiente en la industria, y comenzó a recibir comisiones para componer temas para televisión. Algunas de sus creaciones más famosas fueron los temas principales de “Perdidos En El Espacio” (1965), “Túnel del Tiempo” (1966), y “Tierra de Gigantes” (1968), además del episodio piloto de “La Isla de Gilligan”.

Video: Lost in Space

https://youtu.be/tQzk09j21Z8

 

La versatilidad de Williams para navegar diferentes estilos musicales y producir melodías pegajosas se convirtieron en su sello, y comenzó a recibir comisiones cada vez más ambiciosas.

En 1967, su partitura para la película “Valle de Muñecas” le otorgó su primera nominación a los premios de la Academia. Recibió una segunda nominación en 1969 por la música de “Adiós Mr. Chips”. En 1971 recibió una doble nominación a los premios de la Academia: la primera, por mejor partitura original para la película de vaqueros “The Reivers”, y la segunda por su partitura para “El Violinista en el Tejado”. Esta última le valió su primera estatuilla.    

Sus siguientes comisiones parecieron encasillar a Williams en el ámbito de las ‘películas de desastre’: “La Aventura del Poseidón” (1972), “Infierno en la Torre” (1974), y “Terremoto” (1974). Sin embargo, ésta películas - y especialmente su música para “The Reivers”- capturaron la atención de un joven cineasta, Steven Spielberg, quien lo contactó para comisionar la música de su película “El Expreso de Sugarland”(1974). 

La siguiente colaboración con Spielberg fue “Tiburón” (1975), la cual le valió a Williams un nuevo premio Oscar. Desde entonces, el equipo de director y compositor rara vez se ha separado, y Williams ha compuesto 28 de las 32 películas de Spielberg hasta la fecha.

 

 

Fue Spielberg quien, en 1977, sugirió a Williams a su amigo George Lucas, para una película de ciencia ficción que estaba terminando.

Inspirado por la película “2001: Odisea del Espacio" de Stanley Kubrick, Lucas quería una partitura ‘clásica’, reminiscente de las películas de aventura de la era dorada de Hollywood, y Williams - con entrenamiento en música clásica, y conocedor de las obras de Max Steiner y Erich W. Korngold, dos de los más famosos compositores de la era dorada de Hollywood - sabía exactamente qué hacer.
 
El resto, como dicen, es historia.

La partitura de 1977 de “La Guerra de las Galaxias”se convirtió en el alma y corazón de la película, contribuyendo a su éxito, y llevando a la película de Lucas a una nueva dimensión. Además de llegar al tope de las listas musicales y vender millones de copias - un fenómeno raramente visto en música de películas-, la suite de Williams fue nombrada la mejor composición para película de todos los tiempos por el Instituto Fílmico de Estados Unidos, y quedó grabada en la cultura popular, apareciendo en innumerables medios, desde comerciales a juegos de video, e incluso siendo versionada en un tributo de música Disco por Meco. 

 

La siguientes colaboraciones con Spielberg y Lucas incluyeron una impresionante lista de películas, con algunos de los temas musicales más reconocibles, incluyendo las 9 películas de la saga de “La Guerra de las Galaxias” (desde 1977 al 2019, un récord sin igual en la industria musical fílmica), “Cazadores del Arca Perdida” (1981) y sus secuelas, “E.T. El Extraterrestre” (1982), “Imperio del Sol” (1987), “Siempre” (1989), “Hook” (1991), “Parque Jurásico” (1993), y “La Lista de Schindler” (1997), por nombrar sólo algunas.

Además de estas, Williams compuso otras partituras memorables, incluyendo “Superman, La Película” (1978), “Las Brujas de Eastwick”(1987), “Nacido el Cuatro de Julio” (1989), “Far and Away” (1992), “Siete Años en el Tibet” (1997), “Mi Pobre Angelito” (2001), “Atrápame Si Puedes” (2002), “Memorias de Una Geisha”(2005), entre muchas otras.  


 

En 1983, John Williams recibió la comisión de escribir una fanfarria para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Verano a realizarse en Los Angeles en 1984. Aunque su fama de compositor para películas taquilleras tuvo algo que ver con esta decisión, fue su habilidad de capturar el espíritu Norteamericano en composiciones inspiradoras la principal razón para su comisión.

Con una fuerte influencia militar, y melodías que recuerdan su trabajo en “Cazadores del Arca Perdida” y “E.T”., la composición, Fanfarria Olímpica, es una inspiradora marcha que evoca el espíritu olímpico de los competidores, y el orígen de los juegos en la antigua grecia.

Su éxito fue tal, que Williams recibió nuevas comisiones para los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988 (El Espíritu Olímpico), los Juegos Olímpicos de Verano de 1996 (Convoca a los Héroes), y los Juegos Olímpicos de Invierno del 2001 (Llamada de los Campeones).
 

Olympic Fanfare (4:20)
https://youtu.be/whNaZoqucZc


Con respecto a su frecuente uso de unas fuertes secciones de metales y percusión, Williams ha declarado que es la única forma en que la música pueda ser escuchada por encima del clamor de los efectos especiales en la pantalla. Sin embargo, este arreglo también funciona para los estadios, y sin duda conlleva un fuerte impacto emocional, asociado por siglos con victoria, majestad y logros heróicos.

El estilo musical de Williams ha sido descrito por académicos de la música cono Neoclásico y Neoromántico, ‘tomando prestado’ de compositores tales como Claude Debussy, Igor Stravinsky, Antonin Dvorak, Gustav Holst, Johannes Brahms, e incluso Richard Wagner.

Aunque su influencia de estos compositores es innegable, también es posible notar en su música otras influencias contemporáneas importantes: de compositores norteamericanos, tales como Aaron Copland y Elmer Bernstein, de los maestros de la era dorada de Hollywood, Max Steiner y Erich W. Korngold, así como su paso por la Fuerza Aérea, sin olvidar sus raíces en la percusión y el jazz.   

A pesar de su rico bagaje musical, Williams siempre parece querer experimentar con nuevos sonidos e instrumentos, para enriquecer aún más su archivo de sonidos, y hallar nuevas fuentes de inspiración.

En la partitura de la película “Imágenes”(1972), trabajó junto al percusionista japonés Stomu Yamashta para crear piezas atonales de increíble expresividad. Insertó tambores de acero y marimbas en una orquesta de jazz para la música de cantina de “La Guerra de las Galaxias”(1977). 

Entonces, luego de haber agotado todas las posibilidades expresivas de la orquesta tradicional, compuso la partitura coral ‘Duelo de los Destinos’ para “La Guerra de las Galaxias: La Amenaza Fantasma” (1999), añadiendo el uso de sintetizadores a la orquesta tradicional, elementos que retuvo para el resto de la saga, incluyendo un coro de monjes tibetanos en “LGDLG: La Venganza del Sith”(2005). 

Para la partitura de “Amistad” (1997), Williams incluyó tambores africanos y coros junto con la orquesta, y para “Memorias de una Geisha” (2005) trabajó con instrumentos tradicionales japoneses y música atonal.  

La partitura de “Harry Potter y el Prisionero de Azkabán”(2004), sintetiza la versatilidad de Williams de manera magistral. En una sola grabación es posible escuchar una variedad de melodías: desde música medieval, a música de circo, música de horror, melodías de cajita de música, suites orquestales y más, todas combinadas perfectamente a su sonido particular.  


 

Además de componer música para películas y televisión, John Williams también es un distinguido compositor, orquestador y director musical.

En 1980 fue nombrado director principal de la Boston Pops Orchestra, posición que ocupó por 14 temporadas, y hoy en día aparece como Director Laureado de dicha institución. Williams también hace apariciones anuales con la Filarmónica de Los Angeles en el Hollywood Bowl, y ha dirigido a la Filarmónica de Nueva York en el Avery Fisher Hall, a la Orquesta Sinfónica Nacional, a la Orquesta Filarmónica de Orlando y, por supuesto, a la Orquesta Sinfónica de Londres, con quienes grabó todos los nueve discos de la saga “Star Wars”.

En Enero del 2020 Williams fue invitado a dirigir una selección de sus composiciones junto con la Orquesta Filarmónica de Viena, con éxito rotundo.

Durante los ensayos, la sección de metales de la orquesta le pidió a Williams tocar la Marcha Imperial de “El Imperio Contraataca”, la cual no estaba en el programa original. Williams no sólo aceptó, sino que también agradeció a la orquesta por su petición y sólida interpretación, que se convirtió en una de las favoritas de la noche. 

Video: John Williams & Vienna Philharmonic: Imperial March (3:50)
https://youtu.be/vsMWVW4xtwI

Bien conocido por su música popular, Williams también ha compuesto suites para orquesta, música de cámara, ensembles para orquesta e instrumentos de viento, y conciertos para flauta, violín, corno, tuba, violoncello, etc. Su concierto para violín del 2017, “Markings”, fue compuesto especialmente para la aclamada violinista Anne-Sophie Mutter, y fue interpretada por ella en un concierto que incluyó otras piezas del maestro.  

Las colaboraciones de Williams con músicos clásicos no son nada nuevo, habiendo trabajado antes con el violinista Itzhak Perlman en “La Lista de Schindler”, y con el violoncellista Yo-Yo Ma en “Memorias de una Geisha”. Ambos repitieron sus colaboraciones durante la primera inauguración presidencial de Barack Obama en el 2009, tocando una pieza compuesta por Williams especialmente para la ocasión, llamada “Aire y Dones Sencillos”.

Debido a la excelencia de su trabajo, Williams ha recibido múltiples premios y distinciones, incluyendo Títulos honorarios de 21 Universidades norteamericanas, introducción al Salón de la Fama del Hollywood Bowl, la medalla de honor del Kennedy Center, el premio Lifetime Achievement de la Asociación Fílmica de Estados Unidos, y el Premio Princesa de Asturias en el 2020. 

Y sin embargo, a pesar de su fama y éxito, John Williams se ha mantenido agradablemente modesto y sencillo, aceptando con frecuencia aparecer en eventos de caridad para una de sus causas favoritas: las orquestas.


Aunque se supone que la música de películas sólo acompaña la escena y destacar momentos importantes de la trama, la música de John Williams con frecuencia traspasa la pantalla, conduciendo la escena, y permaneciendo en nuestras mentes hasta mucho después que las imágenes en nuestra retina han desaparecido.

Algunas de las películas más memorables de los últimos 40 años no serían lo mismo sin la música de John Williams: la amenaza cerniente de la bestia depredadora en “Tiburón”, la rigurosidad marcial de la Marcha Imperial en “Star Wars”, los alegres escapes de Indiana Jones, la escena de bicicletas voladoras en “E.T.”, la majestuosidad de los dinosaurios vivos en “Parque Jurásico”, el deseo de Navidad de un niño solo en “Mi Pobre Angelito”, la magia de “Harry Potter”, y muchos más.

Tal es el poder evocativo de las composiciones de John Williams, que con tan sólo escuchar su música uno es capaz de ‘recrear’ las escenas de las películas en su mente, viviéndolas de nuevo.

Su orquestración característica, con énfasis en la sección de metales, vivaces violines, y flautas revoloteantes, otorgan a las películas para las que compone con un sentimiento tradicional y ‘clásico’ que muchos directores aprecian, y que aún captura la imaginación de audiencias en todo el mundo.

En sus casi 60 años de carrera musical, la forma de hacer películas ha cambiado, nuevas tecnologías han llegado, historias diferentes están siendo contadas de manera diferente. Pero a través de todos estos cambios, la música de John Williams ocupa ocupa un espacio inolvidable en nuestra consciencia global, inspirando a millones de escuchas devotos, y nuevas generaciones de músicos que se nutren de su creciente legado.

Tal como Williams rescató el legado de los maestros musicales del Hollywood de la era dorada, nuevas generaciones de músicos ya han tomado su antorcha y continuarán su obra, honrando su legado y llevándolo hacia nuevos horizontes.

Que la Fuerza esté con él, siempre.


 Para Saber Más


Para más información sobre la carrera de John Williams, sus grabaciones, y noticias, así como un completo listado de su obra, visite la página oficial del compositor (sólo en inglés):
https://johnwilliams.org

Encuchen una entrevista radial de 1985 con el maestro, en la que habla sobre su trabajo hasta la fecha, y el trabajo del compositor (57 min.):
https://www.wnyc.org/story-john-williams/

Artículos Relacionados

Danny Elfman

Takeo Watanabe


Si disfrutaste este artículo, considera Compartirlo, o Subscríbete para recibir artículos similares una vez al mes en tu casilla de correo electrónico.


Fuentes: Johnwilliams.org, IMDB, Wikipedia, CBC, NewYorker.

 

 

 

 

 

 

 

 

Comments

Popular Posts