¿Por Qué Necesitamos Héroes?


Todo el mundo tiene un héroe.

Incluso si conscientemente no escogemos a nadie, a nivel subcosciente todos hemos seguido a modelos y ejemplos de comportamiento dados por aquellos a quienes admiramos, bien sean nuestros padres, una estrella de pop o deportes, un personaje ficticio, o un personaje histórico.

De hecho, nuestra necesidad de tener héroes es tan intrínseca a nuestra naturaleza humana, que casi se puede decir que no podríamos haber sobrevivido como especie sin los modelos de comportamiento.

Incluso existen sólidas bases biológicas para ello.

Imágen: Shutterstock

Los humanos, como la mayoría de los primates, tienen la tendencia de aprender copiando: si vemos a alguien haciendo algo y teniendo éxito en ello, copiaremos la acción sin probarla de antemano.

Aunque puede parecer simple, este es un avanzado mecanismo evolucionario de adaptación llamado “imitación cognitiva”, el cual apresura nuestro aprendizaje al saltarnos el largo proceso de ensayo y error.

Pero este mecanismo también significa que, a nivel psicológico necesitamos tener ejemplos para poder avanzar y evolucionar en nuestro desarrollo. De hecho, la psíquis humana parece estar programada para aprender de esta manera.


Nuestros cerebros están diseñados para copiar lo que vemos a nuestro alrededor.

Los neurocientíficos han encontrado que el cerebro humano presenta células neuro-motoras especializadas llamadas “neuronas espejo”, las cuales capturan y retienen acciones físicas específicas (por ejemplo, una sonrisa), y se activan cuando vemos estas acciones alrededor nuestro.

Estas neuronas hacen posible nuestro ‘comportamiento imitativo’ y parecen haberse desarrollado durante nuestra evolución como parte de nuestro mecanismo de aprendizaje social, siendo cruciales en el desarrollo del vínculo madre-hijo, nuestra adaptación social y asimilación dentro de un grupo y, en definitiva, son fundamentales para nuestra sobrevivencia como especies.


A un nivel psicólogico, nuestra habilidad innata para imitar ciertos comportamientos puede deberse a lo que los investigadores psicológicos Michael Brown y Linda Treviño, de la Universidad del Estado de Pennsilvania, llaman ‘reforzamiento vicario’, un proceso mental en el cual modelamos nuestras acciones basadas en los comportamientos que vemos premiados en otros.
           
Pero, a pesar de la naturaleza subconsciente de esta habilidad, establecer y retener la influencia del reforzamiento vicario no es tan simple.

De acuerdo a Brown y Treviño, necesitamos buenos modelos de comportamiento en la infancia, luego un mentor, y por último un ambiente en donde podamos observar esas conductas llevadas a la práctica, de manera de instalar y reforzar estas conductas desde la niñez hasta la adultez.

Los niños que comienzan la vida teniendo buenos modelos de comportamiento, pero después no consiguen un mentor o terminan insertos en un ambiente que premia actitudes diferentes, cambiarán su patrón moral de manera de adaptarse a ese ambiente.

Esto sigue el concepto de cómo trabajan nuestras neuronas espejo, adaptándose constantemente, copiando las acciones de nuestro entorno que tienen la mayor probabilidad de éxito para nuestra sobrevivencia.

Por ello, no sólo es importante tener un buen modelo de conducta durante la infancia, sino también tener buenos modelos durante nuestro desarrollo, y un entorno que apoye y reafirme esos valores.


Sin importar qué tan independientes y autosuficientes pensemos que somos, todos necesitamos a alguien a quien admirar, alguien que nos inspire y nos muestre el camino, alguien que sea nuestro patrón de comportamiento y de logros.

Los héroes representan y apoyan los valores que consideramos valiosos, y son un faro de fortaleza en tiempos de duda. Los héroes nos demuestran que ciertas cosas son posibles, incluso si lo tenemos todo en nuestra contra.

Sin embargo, los héroes también van de la mano con nuestro sentido colectivo de lo que debe ser admirado. Así, personajes que en cierto momento son considerados como el modelo a seguir, puede que pierdan favoritismo en otra época.

De hecho, pocos héroes perduran en el tiempo para ser modelos generación tras generación.


Nuestros héroes también pueden cambiar a través de nuestra vida, dependiendo de nuestras necesidades. Así, los héroes que seguíamos cuando éramos niños probablemente no nos acompañarán hasta el final de nuestra adolescencia, simplemente porque ya no nos identificamos con ellos.

Cuando somos niños, nuestros héroes tienden a representar nuestras entusiastas expectativas de lo que será nuestro futuro. Sin embargo, cuando crecemos, desarrollamos un sentido más profundo de los desafíos que la vida puede entregarnos, y nuestros héroes son aquellos que se han sobrepuesto a dificultades parecidas a las propias y han salido victoriosos a pesar de ellas, o aquellos que se han sacrificado por el bienestar de otros.
       
Hace tiempo que los fabricantes de juguetes han buscado suplir la necesidad de modelos de comportamiento en los niños, bombardeando el mercado con nuevas opciones que representen los paradigmas sociales aceptados en el momento.

Tan sólo en la última década las opciones para las niñas se han expandido dramáticamente, presentando figuras icónicas de deportistas, científicas, artistas, figuras históricas, etc.

Lamentablemente, las opciones para los niños aún parecen restringidas a los héroes militares o de guerra, las estrellas del deporte y de la música pop, dejando un vacío que muchos pueden encontrar difícil de llenar.


Es importante darles a los niños un amplio repertorio de modelos positivos: personajes reales e imaginarios de todos los ámbitos, que representen los mejores valores y cualidades humanas, y que tengan la habilidad de inspirar y convencer.

Los niños y adolescentes están en mayor riesgo de copiar modelos erróneos, o de perder el camino en escojer un ejemplo a seguir, porque sus personalidades aún están en formación, sus cerebros aún se están desarrollando, aún se están probando a sí mismos y a su entorno, y sus psíquis son frágiles.


Aunque los adolescentes son tan capaces como los adultos a nivel cognitivo, su corteza frontal - a cargo de la toma de decisiones y la modulación de nuestras respuestas, manteniéndonos fuera de peligro- aún está en desarrollo, haciéndolos altamente volátiles e impresionables.

Así, no es de sorprender que los creadores de cómics, y los realizadores de películas y juegos de video hayan amasado fortunas sirviendo héroes y fantasías heróicas a este mercado en particular.

Pero, más que héroes de cartón, los adolescentes tienen la necesidad más grande de modelos de comportamiento reales y cercanos, y de héroes creíbles a quienes admirar.


Los héroes no son solo personajes de disfraz y capa, o espadachines míticos que saltan de los libros y las pantallas. Un héroe puede ser alguien de nuestra propia comunidad a quien admiramos y con quien nos identificamos, alguien en quien podemos confiar a ojos cerrados, alguien que nos ayuda o nos guía desinteresadamente.

Bien reales o imaginarios, de nuestra comunidad o de muy lejos, vivo o ya desaparecido, nuestros héroes y modelos no sólo impactan como nos vemos a nosotros mismos, sino también cómo los demás nos perciben.


Todos necesitamos héroes en nuestra vida porque todos necesitamos inspiración y esperanza.

En su esencia, nuestros héroes revelan nuestros sueños y expectativas, las cualidades y valores que respetamos y admiramos, el tipo de seres humanos a quienes aspiramos ser.

Necesitamos héroes para saber que nuestras aspiraciones son posibles, que nuestros sueños son realizables, y que lo que honramos y admiramos sigue vivo.

Y ¿Quién es tu héroe?

Para Saber Más...

Si necesitas inspiración para escoger una heroína o modelo a seguir, revisa nuestra lista de 20 Mujeres Notables en la Historia:
Parte I: https://acc-2.blogspot.com/2017/04/20-remarkable-women-in-history.html
Parte II: https://acc-2.blogspot.com/2017/04/20-remarkable-women-in-history-2.html

Si quieres saber más acerca de la ciencia detrás de los modelos de comportamiento, puedes leer el abstracto de la excelente investigación de Michael Brown y Linda Treviño aquí:
Brown, M.E., & Trevino, L.K. (2013). Do role models matter? An investigation of role modeling as an antecedent of perceived ethical leadership. Journal of Business Ethics.

https://link.springer.com/article/10.1007/s10551-013-1769-0

Fuentes: New Scientist, Psychology Today, Britannica.com

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