Palacio Falabella : Esplendor Para la Comunidad
Ubicado en la comuna de Providencia, en el corazón de Santiago, el Palacio Falabella es un hermoso ejemplo de los elegantes palacetes y residencias familiares construidas en Chile antes de la segunda guerra mundial, vestigios de una sociedad afluente y con clara influencia Europea.
De estilo ecléctico, el palacio combina elementos Art-Deco con una clara inspiración renacentista italiana, a imágen y semejanza de palacios florentinos y venecianos.
En sus jardines se difruta un aire de tranquilidad raro en medio del alboroto de una ciudad monstruosa como Santiago, como si el tiempo se hubiese detenido en un momento en que el mundo era más civilizado, más amable y gentil.
A pesar de tener casi un siglo de historia, y de su uso contínuo como sede del municipio por más de medio siglo, el Palacio luce casi tan espléndido como cuando fue creado entre los años 1924 y 1930.
Aunque buena parte de su buen estado se debe a la calidad de los materiales utilizados y la calidad de su construcción, éste se ha mantenido casi intacto gracias a cuidados trabajos de mantenimiento y restauración, así como mínimas intervenciones a su estructura original o a los espacios verdes que lo rodean.
Originalmente, el lote donde hoy en dia se encuentra el Palacio fue propiedad del destacado arquitecto chileno Josué Smith Solar . Este construyó su residencia a un costado de éste lote, como un chalet de estilo ecléctico y con los típicos detalles de fantasía que caracterizaron su obra.
Al igual que el Palacio, el chalet aún se conserva hasta el día de hoy casi intacto desde su diseño original, y alberga oficinas de atención a los vecinos de la comuna.
En 1924, Smith Solar decide vender la propiedad al floreciente comerciante textil de orígen italiano, Armando Falabella.
Falabella no reparó en gastos al construir su residencia familiar, encargando su diseño al arquitecto Guillermo Manselli Revoredo, quien usó ladrillos y hormigón armado (el material de construcción más avanzado en el momento) en su estructura, así como mármoles, bronces, vitrales y maderas finas en su interior.
Como decoración adicional a su fachada, Manselli encargó murales en azulejos al artista de orígen italiano Aristodemo Lattanzi, quien ya había trabajado en la decoración de la Basílica del Salvador, el palacio Edwards y la Catedral de Santiago.
Fiel a su influencia renacentista, los azulejos, algunos de ellos dorados, destacan a figuras del renacimiento italiano, así como grifos y águilas.
Imagen: Consejo de Monumentos Nacionales
En la primera planta se ubica el “Salón de Hacienda”, anteriormente utilizado por la Señora Falabella como salón de té personal. Las paredes de este salón presentan un ornado trabajo de paneles de madera tallada, y pisos de parquet, los cuales encuentran eco en el mobiliario de estilo gótico.
Imagen: Consejo de Monumentos Nacionales
La actual “Sala de Concejo” era originalmente utilizada por la familia Falabella como comedor. Adjacente a ella se encuentra una terraza de luz, donde sus dueños hacían la sobremesa o leían durante el invierno, aprovechando la luz del norte.
El “Salón de Protocolo” era usado por la familia como salón de música o biblioteca. En ella destacan los estucos decorados con motivos alusivos a la música, así como por sus falsos pilares conrintios, los cuales se repiten en las demás salas.
En la segunda planta se encuentran el Salón de la Señora Falabella y las habitaciones de la familia, así como acceso a la tercera planta donde dos amplias terrazas permiten contemplar el paisaje de la ciudad circundante en 360 grados.
Destaca igualmente el vitral ovalado que otorga iluminación natural al interior del palacio, así como la doble altura de sus paredes, la cual le da un carácter majestuoso a pesar de su pequeño tamaño.
El interior del palacio está lleno de finos detalles de ornamentación que reflejan el carácter de sus dueños originales.
Además de sus vitrales, gárgolas, lámparas de diseño fantástico y columnas jónicas y corintias, dos de los motivos que se repiten a través de todo el interior de la residencia son el águila y la flor de lis, símbolos elegidos por la señora Falabella como sus sellos personales.
En el piso subterráneo del palacio se encuentran el “Salón de Billar” o sala de juegos, cuyas paredes están cubiertas de paneles de madera ricamente ornamentados con cabezas de leones, trenzados celtas y motivos florales, y el llamado “Salón Árabe” debido a su ornamentación de estilo islámico en los paneles de madera que recubren sus paredes.
Ambos salones eran de uso exclusivo para el señor de la casa y sus amistades.
Debido a su distribución central en el terreno, el Palacio Falabella se encuentra rodeado de áreas verdes: un amplio jardín formal hacia el oriente, que hoy recibe el nombre de “Plaza Centenario”, y un pequeño jardín formal seguido de largos parrales hacia el occidente.
Complementan estas áreas verdes una fuente central en la plaza principal, una fuente con peces en la zona del chalet, y dos fuentes hacia la zona de los parrales, así como una pequeña pileta bajo la entrada de automóviles, hoy en desuso.
Detalle de una de las fuentes alegóricas
del jardín oeste.
La familia Falabella continuó viviendo en la residencia familiar hasta que la crisis económica resultante de la segunda guerra mundial hizo insostenible su mantenimiento. Así, luego de darla en arriendo a la embajada de México por algún tiempo, la familia vendió el palacio al empresario Mario Cruzat, quien a su vez la dió en remate en 1946.
El alcalde de Providencia de ese entonces, don Guillermo Martínez, la obtuvo después de una fuerte puja, y la convirtió en el edificio consistorial de la comuna.
Hoy en dia el Palacio continúa albergando las oficinas principales de la Municipalidad de Providencia. Sin embargo, sus espacios estan abiertos para el ordenado disfrute de la comunidad.
Día a día, todos los dias del año, su plaza recibe a docenas de vecinos que salen a pasear con sus perros, padres que llevan a sus niños a jugar, o simplemente vecinos que se sientan en los bancos a disfrutar de la tarde y de una tranquila conversación.
De igua forma, los espacios abiertos del Palacio son escenario de multiples eventos gratuitos organizados por la Municipalidad abiertos a todo público, tales como su tradicional Feria de Antiguedades , Festivales Internacionales con representantes de las Embajadas que tienen residencia en la comuna, Festivales gastronómicos, presentaciones de Jazz y otros conciertos.
Durante la epoca de Navidad, el Palacio suele vestirse de gala, con luces de colores que iluminan su fachada, coros de villancicos, y el tradicional árbol de pascua y nacimiento de tamaño natural.
Imagen: Municipalidad de Providencia
En 1998, el Palacio Fabalella fue declarado Monumento Histórico Nacional, quedando de este forma protegido de cambios a su estructura, alteraciones a su carácter o el siempre presente riesgo de demolición.
Hoy en día son pocos los vestigios de las residencias construidas en la época dorada de la arquitectura chilena. Cada año, docenas de casas familiares en la comuna son destruidas para dar paso a edificios residenciales y de oficinas.
En este sentido, el Palacio Falabella nos recuerda una época ajena a los problemas de hoy, una sociedad más pausada y ordenada, tal vez no tan integrada ni globalizada, pero con una elegancia, tranquilidad y un esplendor que ya no volverán.
A pesar de su lujo y majestuosidad, el Palacio Falabella busca ser un polo activo de encuentro comunitario, compartiendo su belleza y esplendor para el disfrute de todos.
Fuentes: Consejo Nacional de Monumentos, Providencia.cl/patrimonio, Libro “Memoria del Patrimonio de Providencia - Palacio Falabella”.
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