Más que cualquier otro rasgo físico, la nariz despierta nuestra fascinación e interés permanente.
Nuestro lenguaje está lleno de referencias a la nariz que todos hemos usado y escuchado, en expresiones coloquiales tales como “ganar por una nariz”, "está justo frente a tu nariz", meter las narices donde no nos importa, tener la nariz metida en los libros (ser un lector ávido), o ser "de nariz respingada" (esnob).
Inmóvil y fija en mitad de nuestros rostros, la nariz no es el centro de atención natural que son los ojos y la boca. Sin embargo, la nariz es nuestro rasgo más prominente, y su forma es bastante única en el reino animal.
Aunque las aberturas de respiración son esenciales en todas las criaturas para respirar, la mayoría de los animales bien tienen narices planas o carecen por completo de ellas (en el caso de los pájaros, vida acuática, e insectos.)
Los mamíferos desarrollaron las narices más distintivas; pero incluso entre estas, pocas sobresalen del cráneo, como es el caso del elefante, el oso hormiguero, el tapir, el bandicote de nariz larga, el equidna y, más notablemente, el mono nasón.
Sin embargo, entre todos los animales, los humanos tienen las narices más diversas y características de todas.
Nuestras narices se desarrollaron para llevar los olores a los receptores olfativos, al tiempo que atrapan el polvo, polen, semillas y pequeños insectos. Pero el proceso evolucionario también desarrolló el puente de la nariz y las cavidades nasales para amplificar la resonancia de nuestras voces.
A diferencia de nuestros otros rasgos faciales, la nariz está compuesta principalmente de cartílago y piel.
Los arqueólogos forenses que recrean rostros humanos partiendo de huesos, restauran las narice basados en las posibilidades dadas por la edad, raza, sexos, grosor estimado de la piel, y otros factores. Sin embargo, a diferencia de otros rasgos, nunca pueden estar completamente seguros de que la nariz recreada es la verdadera.
Aunque hay muchos tipos de narices, cada nariz es tan individual como las huellas dactilares. No hay dos narices completamente iguales, incluso en gemelos idénticos.
Wolfgang Amadeus Mozart
Corta, larga, chata o prominente, ancha o angosta, existen tantas narices como rostros en el mundo.
La forma definitiva de la nariz solo se alcanza en laadultez. Sin embargo, dado que está constituida de piel y cartílago, tal como las orejas, la nariz no deja nunca de crecer.
Esta es la razón por la cual las personas de edad avanzada tienen orejas y narices largas.
A través de los siglos, la nariz adquirió un significado social y cultural, y con frecuencia es vista como símbolo de poder, energía, determinación, valentía, y virilidad.
Casi tan importante como los pulgares, la nariz es lo que hace humanos nuestros rostros, y perderla - en batalla, como castigo, o debido a un accidente - aún sigue siendo considerada una terrible desgracia.
Cortar la nariz de los enemigos era una mutilación común desde tiempos antiguos hasta el Renacimiento, y se equiparaba a una castración, una humillación de la peor clase.
En ésta misma línea, la destrucción de la nariz de la Gran Esfinge de Giza también es considerada un insulto, y una humillación a los faraones y la cultura del antiguo Egipto.
Las narices poseen relevancia social, y tienen múltiples asociaciones alrededor del mundo.
En Japón, el ser sobrenatural Tengu se representa con una prominente nariz roja o boca semejante a un pico, y se cree que es la reencarnación de alguien que fue arrogante y soberbio en su vida pasada. De forma interesante, se cree que los Tengu son hábiles espadachines, tal como Cyrano de Bergerac.
Las tribus Inuit del círculo ártico con frecuencia solo podían exponer sus ojos y nariz, debido al frío inclemente del medio ambiente, y por ello desarrollaron el llamado “beso esquimal” o kunik, el frotamiento de narices que se convirtió en una expresión de afecto.
Durante el primer contacto entre oriente y occidente, el término "nariz grande" fue usado en China para referirse a los occidentales, debido a sus naries comparativamente más largas que la de herencia asiática. Sin embargo el término hoy en día es considerado ofensivo y está en retirada.
En la India, agujerearse la nariz tiene un significado especial para las mujeres, ya que declara feminidad, honra a Parvathi, la diosa hindú del matrimonio, y se considera un ritual de madurez.
La mayoría de los fisionomistas categorizan la nariz en nueve tipos principales - Romana (aquilina), Griega, recta, recta y puntiaguda, ancha y plana, respingona, con punta hacia abajo, huesuda, y huesda con punta carnosa -, basada en las formas de cada parte, asignado a cada nariz diferentes características que supuestamente revelan rasgos de nuestra personalidad.
“Una nariz grande es la marca de un hombre
ingenioso, valiente, afable, generoso y liberal.”
- Cyrano de Bergerac.
Pero, más allá de la fisionomía, algunos rasgos culturales han sido tradicionalmente asociados a las narices a través de las eras.
"La nariz hace al rostro", declaró un famoso esteticista. Y aunque esto puede o no ser verdad, lo cierto es que la nariz parece anunciar y denunciar nuestro carácter.
Se dice que Napoleón Bonaparte declaró una vez: “cuando quiero a alguien que haga un trabajo fino y espectacular, siempre escogo al hombre con la nariz más grande.”
Las narices grandes se asocian comúnmente a personalidades grandiosas y exitosas. Y aún cuando esto no siempre sea el caso, es cierto que aquellos dotados con una nariz grande deben aprender a desarrollar una personalidad igualmente grande para llevarla con gracia.
Algunas personalidades narizonas, como Groucho Marx, Jimmy Durante y Sarah Bernhard (por nombrar solo algunos), se rieron de sus narices, y en el proceso se volvieron famosos explotándola en favor de la comedia. Otras "narices" famosas en este grupo incluyen a Milton Berle, Oona O'Connor y Bob Hope.
En la cumbre de su fama, Jimmy Durante incluso aseguró su nariz por una suma considerable, un verdadero testimonio de su importancia en la carrera del comediante.
Aunque las narices grandes por lo general son bien aceptadas en los hombres, las narices pequeñas son preferidas en las mujeres en casi todas las culturas, asignándole un significado de inocencia y continencia sexual.
Sin embargo, los fisionomistas son menos generosos en su evaluación, viendo en las narices pequeñas de los adultos una tendencia a la flojera, la indecisión, y la tontería.
La fisonomía china atribuye a las narices redondas y carnosas (“la nariz de Buda”) cualidades tales como abundancia y felicidad, mientras que asocia las narices finas y huesudas con la pobreza y la escasez.
Sin embargo, existen suficentes ejemplos alrededor del mundo para refutar estas creencias - lo cual viene a demostrar que la fisonomía es mas una convención cultural antes que una ciencia exacta.
Aunque las narices pequeñas son por lo general preferidas en las mujeres, las narices “importantantes” pueden añadir un toque de distinción y nobleza al semblante femenino.
De hecho, desde la antiguedad las narices prominentes han estado asociadas a la aristocracia, confiriendo a aquellos que las tienen un aire de importancia y singularidad.
Por siglos, las narices torcidas se han asociado a caracteres villanos y criminales, una convención que puede o no ser cierta, pero que sin duda inspiró al artista Chester Gould en la creación de su tira cómica más famosa, Dick Tracy.
Pero cuando se trata de villanos, una nariz exageradamente larga y puntiaguda, o la ausencia de nariz, declara su carácter deforme.
Las brujas en particular han sido tradicionalmente representadas con narices largas llenas de pelos y verrugas.
Pero en los años 60, una época de revolución y cambios, una joven y linda bruja hacía magia con el movimiento de su naricilla, en la serie de televisión “Hechizada”.
Tener una nariz única imprime un aire de singularidad en quien la posee.
Así pues, bien si la evaluación fisionómica le atribuye rasgos de liderazgo o no, no es poco frecuente que peronas de nariz grande terminen siendo exitosas, de una forma u otra.
Algunas personalidades con narices únicas e “importantantes” incluyen: Aubrey Beardsley, Richard Nixon, Barbra Streisand, Ringo Starr, Pete Townshend, Dustin Hoffman, Celia Cruz, André Leon Talley, Michael Jackson, Liam Neeson, Tom Cruise, y Owen Wilson.
Muchas narices famosas han llegado hasta las páginas de la historia y la literatura, debido al carácter único de sus apéndices nasales y la enorme personalidad de quienes las ostentan.
Entre ellos está Federico da Moltefeltro, Duque de Urbino. Adquirió su perfil característico cuando, durante una justa, perdió un ojo y parte de su tabique nasal.
A pesar de esta mutilación, pudo seguir respirando, y convirtió su deformidad en su sello personal.
En 1883 el escritor italiano Carlo Collodi creó el personaje de nariz más esencial en "Las Aventuras de Pinocho", el títere viviente cuya nariz crecía cada vez que decia una mentira.
Desde entonces, generaciones de niños han crecido temiendo que sus narices crezcan si no dicen la verdad.
¿Y cómo olvidar el inmortal soneto satírico de Francisco de Quevedo, “A Una Nariz”, dedicado a su poeta rival, Luis de Góngora?
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado;
era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era;
érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.
En el cuento satírico “La Nariz”, el escritor ruso Nikolai Gogol hiló la divertida y surrealista historia de un trabajador estatal cuya nariz desaparece durante la noche y cobra vida propia, empujándolo a una larga y desesperada carrera a través de la ciudad, antes de regresar finalmente a su rostro.
Una historia similar, pero más dulce, fue desarrollada por el animador Tilmann Vogt en su corto estudiantil "Snout"(hocico), en el cual el cerdito 'Sniff' se despierta una mañana y halla que su hocico ha desaparecido.
Tal vez la historia de narices largas más famosa de todas es la de Cyrano de Bergerac, el ingenioso y heróico espadachín de nariz famosamente grande, en la novela homónima de Edmond Rostand, desarrollada en múltiples versiones para la pantalla grande.
Y quién podría olvidar a Rodolfo, el adorable reno de roja nariz, que fue ridiculizado y evitado por su manada debido a su peculiar nariz rojo brillante, pero más tarde reclutado por Papá Noel para liderar su trineo, gracias a esa misma peculiaridad.
Las narices rojas han estado asociadas al humor desde hace mucho tiempo, desde el Jokili bávaro al personaje Punch de los tradicionales títeres británicos.
Pero fue a finales del siglo XIX cuando se convirtió en el rasgo característico de los payasos en el circo occidental, y desde entonces representa el humor bufonesco.
Basado en ésta imágen, la organización británica Comic Relief creó en 1988 el Red Nose Day, día de la nariz roja, una campaña anual para reunir fondos para financiar programas contra la pobreza infantil, y asegurar salud, seguridad, y educación para los niños.
Durante siglos, las narices fueron aceptadas, alabadas, comentadas o hechas objeto de burla. Pero el advenimiento de la cirugía plástica en el siglo XX despertó una verdadera obsesión por la 'nariz perfecta'.
En esta era de selfies y videos de TikTok videos, nadie parece estar contento con su nariz, y todos parecen tener una 'nariz ideal' en mente.
La rinoplastía -la corrección de la nariz a través de la cirugía-, es la tercera cirugía plástica más frecuente en Estados Unidos, y la quinta en el mundo. Y sin embagro, los médicos también la consideran uno de los procedimientos más complejos en cirugía plástica.
Un creciente interés en la apariencia física ha llevado a una creciente demanda por rinoplastías, y según el Reporte Estadístico de Cirugía plástica, se espera que esta demanda siga creciendo.
El problema es que los pacientes son cada vez más jóvenes, optando por procedimientos quirúrgicos cuando sus narices aún no se han desarrollado del todo, y sin sopesar seriamente las consecuencias del que puede ser un procedimiento potencialmente riesgoso.
“Una nariz grande nunca echó a perder
un rostro hermoso”
- Proverbio francés
Frederick Nietzsche una vez dijo que “todo mi genio está en mis fosas nasales”; y según cuenta la leyenda, luego de conocer a un joven Rudolph Nureyev, un famoso coreógrafo declaró que 'tiene la nariz de la genialidad", dada sus fosas nasales de herencia tártara.
Nureyev mismo tenía el dicho personal “sigue tu propia nariz” cuando se trataba de tomar decisiones.
Rudolph Nureyev, foto de Jack Mitchell
Grande o pequeña, larga o corta, chata o protuberante, la nariz tiene una importancia que no podemos esconder ni ignorar.
Nos guste o no, nuestra nariz forma parte de nuestra apariencia, envía señales acerca de nuestro carácter al mundo, y en algunos casos termina moldeando nuestra vida.
Incluso si tu nariz es menos bonita de lo que deseas, siempre es mejor tener una ‘nariz con carácter’ que no tener nariz del todo.
Fuentes: El Arte de leer los Rostros” Richard Webster, 2012. Wikipedia, Grand View research, NCBI.
Imagen principal: John Singer Sargent, “Portrait of Madame X”, Metropolitan Museum of Art.
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