Violeta Parra, La Jardinera del Folklor
En 2017 se cumplieron 100 años del nacimiento de una de las cantautoras, folkloristas y artistas populares más reconocidas de Chile y América - Violeta Parra.
En apenas quince años de carrera artística, esta prolífica artista creó algunas de las canciones más queridas y conocidas del repertorio folklórico de latinoamérica, así como cientos de obras de arte visual que le ganaron aclamación internacional tanto de sus pares como del público.
Sin embargo, para comprender el impacto de Violeta y su obra es necesario recordar el momento histórico que se vivía a nivel global durante la década de 1958 a 1968.
Profundamente descontentos y desilusionados de sus líderes, la juventud de la época dió un giro violento hacia el radicalismo y la libre expresión de sus propios ideales.
En ese ambiente, el canto popular, las canciones de protesta y la nueva trova se alzaron como los medios de expresión mas inmediatos entre la juventud progresista. Nuevos aires, entre esperanzados y rabiosos, soplaban: una nueva era se acercaba, la era del cambio y la revolución popular, donde el antiguo establishment seria desbancado y remplazado por la voluntad del pueblo.
Al mismo tiempo, lo folklórico y lo nativo retomaron importancia como respuesta a la cultura masiva impuesta por los medios. El retorno a las raíces fue entonces visto como un retorno a la inocencia del ser humano.
Sin planearlo, Violeta formó parte de ese movimiento global de rescate de las culturas autóctonas, y fue precisamente ésto lo que permitió que su música y su arte rompieran las barreras geográficas y alcanzaran difusión internacional.
Violeta Parra nació el 4 de Octubre de 1917 en el seno de una familia de profundas raíces artísticas y campesinas.
A la edad de nueve años, comienza a tomar clases de guitarra, y ya a los doce años comienza a crear sus primeras composiciones.
Su carrera artística empieza en 1934, cuando con sus hermanos forman el conjunto “Los Parra” y comienzan a cantar en cafés y pequeños restaurantes, interpretando canciones mexicanas, rancheras y boleros, entre otros.
Desde 1943 Violeta comienza a cantar en solitario, especializándose en canciones españolas acompañada por la guitarra. Para 1948, se le une su hermana Hilda y el dúo se hace llamar Las Hermanas Parra.
No es sino hasta 1952 cuando, impulsada por su hermano Nicanor , Violeta empieza a enfocarse en la música folklórica chilena, recopilando y rescatando la tradición musical del país, trabajo que para entonces no tenía especialidad y estaba ampliamente desatendido.
El cambio es crucial para Violeta. En 1953 edita su primer single con dos de sus composiciones basadas en canciones folklóricas, y desde entonces no parará de componer y grabar.
En 1954 Violeta viaja por primera vez a Europa, invitada al V Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Varsovia, y luego se traslada a París.
Este primer contacto con la ciudad luz durará dos años, en los que realiza un sinnúmero de presentaciones y deja un registro de sus canciones en la Fonoteca Nacional del Musée de l’Homme de La Sorbonne.
De regreso a Chile, realiza trabajos de investigación folklórica en terreno y funda el museo Nacional del Arte Folklórico Chileno. De 1959 en adelante, Violeta empieza a crear obras en cerámica y arpilleras (telares multicolores bordados a mano relatando una historia o acontecimiento). Continúa su trabajo de recopilación y aprendizaje de estilos folklóricos, viajando de norte a sur del país, intercalando recitales, presentaciones y grabaciones.
Es en esta época cuando se hace amiga cercana de otra insigne folklorista, Margot Loyola. Unidas por el amor a la música popular y la búsqueda por el rescate de las tradiciones musicales, Violeta y Margot se hacen comadres del canto y la guitarra.
En esta época también, Violeta viaja a Argentina, donde dicta cursos de folklor que terminarán influenciando a otra gran cantante de ese país y una de las mejores exponentes de la obra de Violeta: Mercedes Sosa.
Buena parte de la gracia de las composiciones de Violeta, y muchas de las canciones folklóricas que recopiló y popularizó, radica en sus letras: picarescas, poéticas, llenas de sabiduría y juegos de palabras que reflejan brillantemente la viveza popular.
Aún en sus composiciones propias, Violeta permaneció anclada a la tradición popular, componiendo en ritmos folklóricos específicos tales como la tonada nortina, el vals chilote, la cueca, la danza Rapa Nui, etc.
En 1962, Violeta regresa a París. Esta nueva estadía resulta en conciertos en radio y televisión, presentaciones en vivo, nuevas grabaciones y la exposición de sus arpilleras, óleos y esculturas en el Museo del Louvre.
Violeta Parra se convierte así en es el primera artista latinoamericano (hombre o mujer) en exponer en solitario en este importante museo.
Con el tiempo, las canciones de Violeta se tornaron más melancólicas, reflejo de una vida azarosa y profundos deseos insatisfechos. De esta época son dos de sus canciones más recordadas, ‘Gracias a la Vida’, a veces vista como una canción de despedida, y ‘Volver a los 17', una vista nostálgica hacia la juventud pasada.
Violeta regresa a Chile en 1965, continuando sus presentaciones en vivo y grabaciones. Ese mismo año, alentada por su sueño de crear una Universidad del Folklor, Violeta se instala en una carpa provisional en un terreno baldío, llamándola ‘La Carpa de La Reina’, desde donde ofrece recitales e invita a los mejores exponentes de la música folklórica del país.
Sin embargo, a pesar de la fama de Violeta, su talento, esfuerzo y entusiasmo, ‘La Carpa de la Reina’ no logró el éxito esperado.
Es irónico constatar el nivel de halagos y honores que ha recibido Violeta despues de su muerte, ya que en vida su obra fue con frecuencia vilipendiada, vista en menos e incluso ignorada por sus coterráneos, siendo en cambio más apreciada por el público en el extranjero, hecho que influyó decisivamente en su decisión de terminar con su vida en 1967.
Sin embargo, el legado de Violeta continua más vivo que nunca, siendo honrado y apreciado todo lo que no fue durante su vida, inspirando a nuevas generaciones de artistas y creadores.
A finales de la década de 1990, su nieta Javiera Parra realizó una adaptación de su canción ‘El Albertío’, utilizada como canción principal de la teleserie “La Fiera” de gran éxito internacional. Aunque el sonido final está modernizado, la letra, el ritmo y la esencia de la canción se mantiene fiel al original y sirvió para acercar la obra de Violeta a la juventud.
En 2007, la vida de Violeta llegó a los libros infantiles, con el cuento “La Niña Violeta”, de Francisco Jiménez con ilustraciones de Paloma Valdivia, publicado por Amanuta Ediciones.
En 2009, la coreógrafa alemana Pina Bausch se inspiró en los versos de “Volver a los 17" para crear su coreografia ‘...Como el Musguito en la Piedra, ay, si,si,si...’, la cual vendría a ser su última obra y una de las más evocadoras dentro de su repertorio.
En el 2011, el cineasta chileno Andrés Wood realizó una película biográfica sobre Violeta Parra, titulada ‘Violeta se fue a los cielos’. El largometraje fue la selección oficial del país a los premios de la Academia de Artes y Ciencias (Oscar) en la categoría de Mejor Pelicula Extranjera 2012.
Hoy en dia, Violeta Parra es considerada uno de los pilares fundamentales del folklor chileno, ícono indiscutible de la musica popular y tradicional del país.
Gracias a su trabajo, cientos de canciones y tradiciones fueron restauradas y rescatadas del olvido para futuras generaciones, y su propio trabajo como compositora añadió obras al repertorio folklórico y ayudó a revitalizar este estilo musical.
Su legado y obra, reguardados por su familia y considerado patrimonio cultural de la nación, se mantienen en el Museo Violeta Parra, así como en diversas colecciones a nivel nacional e internacional.
Inaugurado en el 2015, el Museo Violeta Parra resguarda una amplia colección de arpilleras, óleos y esculturas realizadas por Violeta, así como algunos de sus efectos personales: su guitarra, su máquina de coser, fotografías, documentos y más. Entrada gratuita.
https://museovioletaparra.cl
Sitio web dedicado a celebrar el centenario de Violeta Parra, con descargas de material gratuito, incluyendo un cancionero:
www.violetaparra100.cl
Sitio web de la fundación homónima, el sito de mayor autoridad para conocer acerca de la vida y obra de Violeta Parra.
www.fundacionvioletaparra.org
En apenas quince años de carrera artística, esta prolífica artista creó algunas de las canciones más queridas y conocidas del repertorio folklórico de latinoamérica, así como cientos de obras de arte visual que le ganaron aclamación internacional tanto de sus pares como del público.
Sin embargo, para comprender el impacto de Violeta y su obra es necesario recordar el momento histórico que se vivía a nivel global durante la década de 1958 a 1968.
Profundamente descontentos y desilusionados de sus líderes, la juventud de la época dió un giro violento hacia el radicalismo y la libre expresión de sus propios ideales.
En ese ambiente, el canto popular, las canciones de protesta y la nueva trova se alzaron como los medios de expresión mas inmediatos entre la juventud progresista. Nuevos aires, entre esperanzados y rabiosos, soplaban: una nueva era se acercaba, la era del cambio y la revolución popular, donde el antiguo establishment seria desbancado y remplazado por la voluntad del pueblo.
Foto: Marc Ribaud
Al mismo tiempo, lo folklórico y lo nativo retomaron importancia como respuesta a la cultura masiva impuesta por los medios. El retorno a las raíces fue entonces visto como un retorno a la inocencia del ser humano.
Sin planearlo, Violeta formó parte de ese movimiento global de rescate de las culturas autóctonas, y fue precisamente ésto lo que permitió que su música y su arte rompieran las barreras geográficas y alcanzaran difusión internacional.
Violeta y uno de sus hermanos, c.1930
Violeta Parra nació el 4 de Octubre de 1917 en el seno de una familia de profundas raíces artísticas y campesinas.
A la edad de nueve años, comienza a tomar clases de guitarra, y ya a los doce años comienza a crear sus primeras composiciones.
Su carrera artística empieza en 1934, cuando con sus hermanos forman el conjunto “Los Parra” y comienzan a cantar en cafés y pequeños restaurantes, interpretando canciones mexicanas, rancheras y boleros, entre otros.
Desde 1943 Violeta comienza a cantar en solitario, especializándose en canciones españolas acompañada por la guitarra. Para 1948, se le une su hermana Hilda y el dúo se hace llamar Las Hermanas Parra.
No es sino hasta 1952 cuando, impulsada por su hermano Nicanor , Violeta empieza a enfocarse en la música folklórica chilena, recopilando y rescatando la tradición musical del país, trabajo que para entonces no tenía especialidad y estaba ampliamente desatendido.
El cambio es crucial para Violeta. En 1953 edita su primer single con dos de sus composiciones basadas en canciones folklóricas, y desde entonces no parará de componer y grabar.
Video - La Jardinera (3:02")
En 1954 Violeta viaja por primera vez a Europa, invitada al V Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Varsovia, y luego se traslada a París.
Este primer contacto con la ciudad luz durará dos años, en los que realiza un sinnúmero de presentaciones y deja un registro de sus canciones en la Fonoteca Nacional del Musée de l’Homme de La Sorbonne.
Violeta en el Estudio de Grabación, 1957
De regreso a Chile, realiza trabajos de investigación folklórica en terreno y funda el museo Nacional del Arte Folklórico Chileno. De 1959 en adelante, Violeta empieza a crear obras en cerámica y arpilleras (telares multicolores bordados a mano relatando una historia o acontecimiento). Continúa su trabajo de recopilación y aprendizaje de estilos folklóricos, viajando de norte a sur del país, intercalando recitales, presentaciones y grabaciones.
Detalle de arpillera realizada por Violeta
Es en esta época cuando se hace amiga cercana de otra insigne folklorista, Margot Loyola. Unidas por el amor a la música popular y la búsqueda por el rescate de las tradiciones musicales, Violeta y Margot se hacen comadres del canto y la guitarra.
Violeta Parra y Margot Loyola
En esta época también, Violeta viaja a Argentina, donde dicta cursos de folklor que terminarán influenciando a otra gran cantante de ese país y una de las mejores exponentes de la obra de Violeta: Mercedes Sosa.
Buena parte de la gracia de las composiciones de Violeta, y muchas de las canciones folklóricas que recopiló y popularizó, radica en sus letras: picarescas, poéticas, llenas de sabiduría y juegos de palabras que reflejan brillantemente la viveza popular.
Lo que puede el sentimiento
no lo ha podido el saber
ni el mas claro proceder
ni el mas ancho pensamiento
todo lo cambia al momento
cual mago condescendiente
nos aleja dulcemente
de rencores y violencias
solo el amor con su ciencia
nos vuelve tan inocentes.
(De ‘Volver a los 17'.)
Lor amores de sacristán
son dulces como la miel
amor que no se(a) dese(d)a
no puedo, vida, vivir con él.
Porque me gusta el sacristán.
Toca la campanilla tilín-tin-tín,
tilín-tin-tán.
(De ‘El Sacristán’)
Aún en sus composiciones propias, Violeta permaneció anclada a la tradición popular, componiendo en ritmos folklóricos específicos tales como la tonada nortina, el vals chilote, la cueca, la danza Rapa Nui, etc.
Video - El Sacristán (2:55")
En 1962, Violeta regresa a París. Esta nueva estadía resulta en conciertos en radio y televisión, presentaciones en vivo, nuevas grabaciones y la exposición de sus arpilleras, óleos y esculturas en el Museo del Louvre.
Violeta Parra se convierte así en es el primera artista latinoamericano (hombre o mujer) en exponer en solitario en este importante museo.
Con el tiempo, las canciones de Violeta se tornaron más melancólicas, reflejo de una vida azarosa y profundos deseos insatisfechos. De esta época son dos de sus canciones más recordadas, ‘Gracias a la Vida’, a veces vista como una canción de despedida, y ‘Volver a los 17', una vista nostálgica hacia la juventud pasada.
Violeta regresa a Chile en 1965, continuando sus presentaciones en vivo y grabaciones. Ese mismo año, alentada por su sueño de crear una Universidad del Folklor, Violeta se instala en una carpa provisional en un terreno baldío, llamándola ‘La Carpa de La Reina’, desde donde ofrece recitales e invita a los mejores exponentes de la música folklórica del país.
Sin embargo, a pesar de la fama de Violeta, su talento, esfuerzo y entusiasmo, ‘La Carpa de la Reina’ no logró el éxito esperado.
Es irónico constatar el nivel de halagos y honores que ha recibido Violeta despues de su muerte, ya que en vida su obra fue con frecuencia vilipendiada, vista en menos e incluso ignorada por sus coterráneos, siendo en cambio más apreciada por el público en el extranjero, hecho que influyó decisivamente en su decisión de terminar con su vida en 1967.
Sin embargo, el legado de Violeta continua más vivo que nunca, siendo honrado y apreciado todo lo que no fue durante su vida, inspirando a nuevas generaciones de artistas y creadores.
A finales de la década de 1990, su nieta Javiera Parra realizó una adaptación de su canción ‘El Albertío’, utilizada como canción principal de la teleserie “La Fiera” de gran éxito internacional. Aunque el sonido final está modernizado, la letra, el ritmo y la esencia de la canción se mantiene fiel al original y sirvió para acercar la obra de Violeta a la juventud.
El Albertío - Javiera Parra (2:55")
En 2007, la vida de Violeta llegó a los libros infantiles, con el cuento “La Niña Violeta”, de Francisco Jiménez con ilustraciones de Paloma Valdivia, publicado por Amanuta Ediciones.
En 2009, la coreógrafa alemana Pina Bausch se inspiró en los versos de “Volver a los 17" para crear su coreografia ‘...Como el Musguito en la Piedra, ay, si,si,si...’, la cual vendría a ser su última obra y una de las más evocadoras dentro de su repertorio.
En el 2011, el cineasta chileno Andrés Wood realizó una película biográfica sobre Violeta Parra, titulada ‘Violeta se fue a los cielos’. El largometraje fue la selección oficial del país a los premios de la Academia de Artes y Ciencias (Oscar) en la categoría de Mejor Pelicula Extranjera 2012.
Hoy en dia, Violeta Parra es considerada uno de los pilares fundamentales del folklor chileno, ícono indiscutible de la musica popular y tradicional del país.
Gracias a su trabajo, cientos de canciones y tradiciones fueron restauradas y rescatadas del olvido para futuras generaciones, y su propio trabajo como compositora añadió obras al repertorio folklórico y ayudó a revitalizar este estilo musical.
Su legado y obra, reguardados por su familia y considerado patrimonio cultural de la nación, se mantienen en el Museo Violeta Parra, así como en diversas colecciones a nivel nacional e internacional.
Para Saber Más...
Inaugurado en el 2015, el Museo Violeta Parra resguarda una amplia colección de arpilleras, óleos y esculturas realizadas por Violeta, así como algunos de sus efectos personales: su guitarra, su máquina de coser, fotografías, documentos y más. Entrada gratuita.
https://museovioletaparra.cl
Sitio web dedicado a celebrar el centenario de Violeta Parra, con descargas de material gratuito, incluyendo un cancionero:
www.violetaparra100.cl
Sitio web de la fundación homónima, el sito de mayor autoridad para conocer acerca de la vida y obra de Violeta Parra.
www.fundacionvioletaparra.org
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