Gabriela Mistral - Poetisa de la Educación
Amante de la educación, la familia y los niños, la figura de Gabriela Mistral cobra especial relevancia en el 130 aniversario de su nacimiento, en una época en la que los valores fundamentales que impulsaron su vida y su labor parecen mas urgentes que nunca.
Aunque es conocida por su poesía, la cual le valió el Premio Nobel de Literatura en 1945 (siendo la primera mujer hispanoamericana en recibir dicha distinción), Gabriela Mistral fue en esencia una educadora y pedagoga, quien también se desempeñó ampliamente en labores diplomáticas, representando dignamente a su país alrededor del mundo.
De herencia Diaguita (por parte de padre) y Vasca (por parte de madre), Gabriela Mistral nació en el Valle del Elqui, en la actual región de Coquimbo, en el norte de Chile.
Bautizada Lucía Godoy Alcayaga, su padre abandonó la familia cuando ella contaba apenas tres años de edad. Sin embargo, la imágen paterna permaneció impóluta en su mente, y Gabriela lo citó siempre como su principal influencia para convertirse en poetisa.
“Dame la mano y danzaremos;
dame la mano y me amarás,
como una sola flor seremos
como una sola flor, nada más.
Te llamas Rosa y yo Esperanza
pero tu nombre olvidarás.”
dame la mano y me amarás,
como una sola flor seremos
como una sola flor, nada más.
Te llamas Rosa y yo Esperanza
pero tu nombre olvidarás.”
(Dame la Mano - ronda)
En 1904, cuando apenas contaba con quince años, Lucía comenzó a trabajar como profesora ayudante, al tiempo que enviaba sus primeras contribuciones - articulos y primeros versos - a periódicos regionales. Incluso entonces utilizó seudonimos (‘Alguien’, ‘Soledad’ y ‘Alma’) en vez de su nombre verdadero.
Aunque continuó trabajando como maestra, Lucía no pudo titularse debido a que carecía de los medios para costear sus estudios. En 1910, y despues de casi seis años trabajando como maestra, obtuvo el titulo de “Profesora de Estado” a través de la convalidación de su experiencia profesional.
Sin embargo, su falta de estudios especificos en pedagogía le valió una fuerte discriminación entre sus colegas, la cual la acompañó durante toda su carrera como profesora en Chile en todos los establecimientos y regiones donde trabajó, de norte a sur del pais: Antofagasta, Los Andes, Punta Arenas, Temuco y Santiago.
A pesar de esta discriminación en su tierra natal, su experiencia fue valorada en otras latitudes, siendo profesora invitada en las universidades de Barnard, Middlebury y Puerto Rico. En 1922 fue contratada por el gobierno de México para crear las bases de su nuevo sistema educacional, el cual aun se mantiene casi intacto desde su creación.
“El futuro de los niños será siempre hoy. Mañana será tarde.”
- Gabriela Mistral
- Gabriela Mistral
Desde 1910, Lucía comienza a escribir sus primeros versos, como una válvula de escape a sus sentimientos, al tiempo que continuaba su labor pedagógica. Sin embargo, es en 1914 cuando recibe su primer reconocimiento como poetisa al ganar el primer premio de literatura de los Juegos Florales en Santiago por sus “Sonetos de la Muerte”.
Desde entonces utilizó el seudónimo literario “Gabriela Mistral”, elegido en homenaje a dos de sus poetas favoritos: el italiano Gabriele D'Annunzio, y el francés Frédéric Mistral.
Los temas sociales fueron un tema abordado por la mayoria de los creadores de la época, y Gabriela no fue la excepción, escribiendo articulos en favor de la infancia desprotegida y la enseñanza primaria obligatoria, la cual aún no estaba establecida por decreto en esa época.
Igualmente, mucha de su obra poética posee tintes educativos, dirigidos tanto a los niños como a los adultos, en los que se evidencia su vocacion pedagógica.
“Donde haya un árbol que plantar,
plántalo tú,
Donde haya un error que enmendar,
enmiéndalo tú,
Donde haya un esfuerzo que todos esquivan,
hazlo tú.
Se tú el que aparta la piedra del camino.”
plántalo tú,
Donde haya un error que enmendar,
enmiéndalo tú,
Donde haya un esfuerzo que todos esquivan,
hazlo tú.
Se tú el que aparta la piedra del camino.”
- Gabriela Mistral
En 1920, cuando es trasladada a Temuco, en el sur de Chile, para ocupar un puesto como directora del Liceo de Niñas de esa ciudad, Gabriela conoció a un joven Neftalí Reyes, mas tarde conocido mundialmente como Pablo Neruda, quien la nombró como una influencia crucial en su poesía.
En 1922 se publicó en Nueva York “Desolación”, considerada su primera obra maestra.
De 1926 en adelante, Gabriela se establece en el extranjero, primero como secretaria de una de las secciones de la Liga de las Naciones (precedente de la actual Naciones Unidas), y luego en la secretaría del Instituo de Cooperación Internacional de la Sociedad de las Naciones, en Ginebra, Suiza.
A partir de 1933, y durante veinte años, Gabriela trabajó como cónsul de su país en ciudades de Europa y América. Su poesía fue traducida al inglés, francés, italiano, alemán y sueco, y se convirtió en fuente de inspiración para la obra de muchos escritores y artistas latinoamericanos.
En 1945 le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura. A finales de ese año regresó a Estados Unidos, en donde se estableció de manera permanente.
Durante todo este período, Gabriela continuó escribiendo, y en 1946 publica “Lagar I”, en el que reflexiona sobre los estragos de las Segunda Guerra Mundial.
En 1951 Gabriela recibió el máximo premio literario de su país, el Premio Nacional de Literatura, un galardón pocas veces concedido a mujeres escritoras.
Además, Lucia recibió doctorados Honoris Causa de las Universidades de Oakland, California en Los Angeles, Universidad Nacional de Guatemala y Universidad de Florencia, entre otros.
“Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria.
hay besos que se dan con la mirada,
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
Hay besos enigmáticos, sinceros
Hay besos que se dan solo las almas
Hay besos, por prohibidos, verdaderos
Hay besos que calcinan y que hieren,
Hay besos que arrebatan los sentidos
Hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.”
la sentencia de amor condenatoria.
hay besos que se dan con la mirada,
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
Hay besos enigmáticos, sinceros
Hay besos que se dan solo las almas
Hay besos, por prohibidos, verdaderos
Hay besos que calcinan y que hieren,
Hay besos que arrebatan los sentidos
Hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.”
(“Besos” - Gabriela Mistral)
Nombrada cónsul en Nueva York en 1953, en 1954 Gabriela Mistral fue recibida con los mas altos honores de vuelta en Chile siguiendo una invitación del presidente Carlos Ibáñez del Campo, donde además de un recibimiento popular digno de una heroína, le fue otorgado el titulo de Honoris causa de la Universidad de Chile.
Gabriela Mistral muere en 1957 en Nueva York a causa de una cáncer de pancreas. Sus restos están sepultados en Montegrande, el Valle del Elqui, siguiendo sus deseos expresos.
En su testamento, Gabriela estipuló que todas las ganancias derivadas de las ventas de sus libros en América del Sur debía destinarse a los niños pobres de Montegrande.
De igual forma, destinó las ganacias de sus obras en el resto del mundo a su mas cercana amiga y colaboradora, Doris Dana, quien renunció a esa herencia en beneficio de los niños pobres de Chile.
Sin embargo, este noble deseo no pudo realizarse durante años debido a trabas burocráticas, que derivaban dichas ganacias a editoriales e intelectuales.
Sin embargo, este noble deseo no pudo realizarse durante años debido a trabas burocráticas, que derivaban dichas ganacias a editoriales e intelectuales.
Sólo cuando Doris Dana rehusó regresar el legado de Mistral a Chile hasta que ésta recibiera el respeto merecido, se eliminaron dichas trabas y por fin el deseo de Mistral pudo verse realizado.
Reconocida ampliamente a nivel internacional como una de las figuras mas relevantes de la literatura hispanoamericana, en su país natal Gabriela Mistral ha recibido honores postumos, tales como la creación de la casa-museo escuela Gabriela Mistral en la que fue una de sus primeras escuelas como profesora, un mural en azulejos realizado por el artista Fernando Daza, el Centro Cultural Gabriela Mistral, y la Universidad Gabriela Mistral, además de docenas de escuelas y colegios con su nombre, como invocando en ella a la santa patrona de la educacion nacional.
Además, su efigie aparece en el billete de cinco mil pesos, un raro honor para una mujer en dicho país.
Sin embargo, a pesar de todos sus logros, Lucía parecía tener una visión negativa de si misma, tal como lo revelan líneas de una carta enviada al escrito Manuel Magallanes Moure: «Yo nací mala, dura de carácter, egoísta enormemente y la vida exacerbó esos vicios y me hizo diez veces dura y cruel».
Una visión que, sin duda la historia, y todos aquellos que se han beneficiado de su legado y de la belleza de su poesía, no comparten.
* Desolación (1922)
* Lecturas para mujeres - destinadas para la enseñanza del lenguaje (1923)
* Ternura. Canciones de niños: rondas, canciones de la tierra, estaciones, religiosas y otras canciones de cuna (1923)
* Nubes Blancas: poesía y la oración maestra (1930)
* Tala (1938)
* Los sonetos de la muerte y otros poemas elegíacos (1952)
* Lagar (1954)
* Recados. Contando a Chile (1957)
Fuentes: Profesorenlinea.cl , Wikipedia, Universidad de Chile
Reconocida ampliamente a nivel internacional como una de las figuras mas relevantes de la literatura hispanoamericana, en su país natal Gabriela Mistral ha recibido honores postumos, tales como la creación de la casa-museo escuela Gabriela Mistral en la que fue una de sus primeras escuelas como profesora, un mural en azulejos realizado por el artista Fernando Daza, el Centro Cultural Gabriela Mistral, y la Universidad Gabriela Mistral, además de docenas de escuelas y colegios con su nombre, como invocando en ella a la santa patrona de la educacion nacional.
Además, su efigie aparece en el billete de cinco mil pesos, un raro honor para una mujer en dicho país.
Sin embargo, a pesar de todos sus logros, Lucía parecía tener una visión negativa de si misma, tal como lo revelan líneas de una carta enviada al escrito Manuel Magallanes Moure: «Yo nací mala, dura de carácter, egoísta enormemente y la vida exacerbó esos vicios y me hizo diez veces dura y cruel».
Una visión que, sin duda la historia, y todos aquellos que se han beneficiado de su legado y de la belleza de su poesía, no comparten.
Obras:
* Desolación (1922)
* Lecturas para mujeres - destinadas para la enseñanza del lenguaje (1923)
* Ternura. Canciones de niños: rondas, canciones de la tierra, estaciones, religiosas y otras canciones de cuna (1923)
* Nubes Blancas: poesía y la oración maestra (1930)
* Tala (1938)
* Los sonetos de la muerte y otros poemas elegíacos (1952)
* Lagar (1954)
* Recados. Contando a Chile (1957)
Fuentes: Profesorenlinea.cl , Wikipedia, Universidad de Chile
Comments
Post a Comment